La crisis humanitaria olvidada

Ensimismados como nunca en la crisis migratoria que ha generado el tirano Donald Trump, hemos olvidado a hermanos centroamericanos que viven su propia tragedia, en la que México es corresponsable. Cerca de 500 mil personas entran a nuestro país cada año procedentes en su mayoría de El Salvador, Honduras y Guatemala, región conocida como Triángulo Norte de Centroamérica (TNCA) y que es, hoy por hoy, una de las más violentas del mundo.
Según un reporte de la organización internacional Médicos Sin Fronteras, mediante encuestas de victimización en las consultas médicas y psicosociales, desde 2012 han presenciado y documentado un patrón de desplazamiento violento, persecución, violencia sexual y repatriación forzosa muy similar al que se puede encontrar en los conflictos armados más agudos del mundo.
En la región del TNCA, el trauma, el miedo y una violencia cruel marcan la vida cotidiana de millones de personas, y esta realidad no termina con la huida forzosa a México, ya que una vez en el país, son víctimas de criminales y quedan sometidos a todo tipo de abusos —secuestro, robo, extorsión, tortura, violación— que, aparte de las lesiones y traumas inmediatos, pueden dejarles graves secuelas.
Tan grave es la situación de estos migrantes y refugiados, que el 92,2% habían sufrido un evento violento en su país de origen o durante la ruta a través de México. Como factor agravante, estas personas tienen un acceso muy limitado o incluso nulo a la atención médica básica, a la atención específica para víctimas de violencia sexual y a los servicios de salud mental.
Las conclusiones de este informe (basadas en encuestas y datos de los programas médicos de MSF de 2015 y 2016) deben considerarse a la luz del contexto actual: el refuerzo de los controles migratorios, las detenciones y las expulsiones por parte de México y Estados Unidos, prácticas que amenazan con empujar a más refugiados y migrantes a las redes de los traficantes de personas y de organizaciones criminales.
He aquí unos datos: en 2015 MSF llevó a cabo una encuesta aleatoria a 467 migrantes y refugiados en las instalaciones a las que daba apoyo en México; además, se recopilaron datos médicos adicionales en las clínicas de MSF en 2015 y 2016.
Sobre las razones para huir del país de origen, casi el 40% (39,2%) de los entrevistados mencionaron, como principal causa de la huida, el haber sufrido ellos mismos o sus familias ataques directos, amenazas o extorsión, o haber sido blanco del reclutamiento forzoso por parte de bandas criminales.
El 43.5% de los encuestados habían perdido a algún familiar en un incidente violento en los dos años anteriores a la huida. En el caso de los salvadoreños, el porcentaje se situaba en el 56,2%. Asimismo, el 54,8% de los salvadoreños habían sufrido chantaje o extorsión, un índice bastante más alto que el de los encuestados procedentes de Honduras o Guatemala.
Sobre la violencia en la ruta migratoria en México, el 68,3% dijeron haber sido víctimas de la violencia durante la ruta hacia Estados Unidos, y casi un tercio de las mujeres encuestadas habían sufrido abusos sexuales durante este viaje.
Pero el dato más grave, que ya ni siquiera sorprende, es que los pacientes afirmaron que los perpetradores de la violencia eran miembros de bandas y organizaciones criminales, así como agentes de las fuerzas de seguridad mexicanas, responsables de su protección.
PARA EL REGISTRO Y hablando del crimen organizado, éste se cobró una víctima más: el director de la Clínica del ISSSTE en Mazatlán, Sinaloa, Miguel Ángel Camacho, quien fue atacado a balazos cuando llegaba al hospital y murió en la sala de urgencias de la clínica que dirigía. Lamentable. Gracias y hasta mañana.
 
 
@betata75

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