Microfinancieras al borde de la usura

En un país con la mitad de su población en la pobreza y pobreza extrema, las microfinancieras convertidas en bancos han dado un respiro a pequeños emprendedores, quienes con pocos requisitos han obtenido financiamiento para impulsar negocios y crear empresas.
Los clientes asiduos de estas instituciones de crédito son normalmente pequeños comerciantes, formales e informales, que buscan fluidez, y van desde locatarios de mercados y negocios diversos, hasta expendedores de tacos o dulces en la vía pública.
Estas empresas ofrecen créditos grupales a personas afines que buscan capital. Forman un equipo —normalmente de 10 personas— que pide el crédito al mismo tiempo y aunque éste es otorgado para cada caso, el crédito al final es grupal y se debe pagar catorcenal o semanalmente en 10 exhibiciones ya con el interés incluido. Funciona con el elemento principal que los bancos grandes decidieron olvidar desde hace tiempo: la confianza.
Sin embargo, desde hace unos meses esta columna recibió comunicaciones de usuarios que denuncian irregularidades diversas. Nos pusimos a indagar, y la Comisión para la Defensa de Usuarios de Servicios Financieros nos informó que en los primeros dos meses del año se recibieron 63 reclamaciones contra microfinancieras aglutinadas en las SOFOM E.N.R. (Sociedad Financiera de Objeto Múltiple Entidad No Regulada) y SOFOM E.R. (Sociedad Financiera de Objeto Múltiple Entidad Regulada).
En específico contra Financiera Independencia, NR Financie México, Consupago, Financiera Finsol y Prestaciones Finmart. Las principales causas son la no actualización del historial crediticio, la violación al convenio o la no reestructura del pago por la institución y que la institución no entrega la carta de liberación de adeudos y/o carta de finiquito, factura, garantía, gravamen o el primer testimonio.
Y aunque estas reclamaciones podrían caer dentro de la “normalidad” en su funcionamiento, como lo aseguran expertos, el maltrato hacia los usuarios se ha revelado como una equivocación más que irremediablemente acerca su servicio a la usura.
Para muestra, un botón. Personas cercanas a Apuntes y Relatos confirmaron versiones de maltrato de un promotor de Financiera Finsol a locatarias de un mercado de Ecatepec, Estado de México, reunidas en un grupo llamado “Perseverantes” (el nombre lo eligen los integrantes como una manera de cohesión) quienes en busca de una pequeña inversión fueron objeto de malos tratos al momento de su desembolso.
Estas personas tuvieron que soportar esa situación por la necesidad del recurso, pero ninguna empresa podría justificar así el trato a un cliente… porque estas mujeres eso son, clientes. Se les olvida a estos personajes que ninguna microfinanciera le hace el favor a nadie, ya que el préstamo, con el debido interés, se paga en tiempo y forma, y está diseñado para que el cliente y la empresa ganen. No es una donación.
Empresas como Finsol deberían revisar el perfil del personal que tiene laborando, ya que promotores y verificadores convierten simples visitas domiciliarias para chequeo de datos en una sesión de pseudo amedrentamiento digno de cualquier usurero.
Ojalá Finsol y las micro financieras en general reflexionen sobre su política de ética laboral y de trato al cliente, porque se les olvida que están en el mercado precisamente por las personas que maltratan. Sin ellos, su razón de ser y de existir simplemente no existe.
 
PARA EL REGISTRO Las narcomantas hacen su aparición en el proceso electoral del Edomex. La última, en franca amenaza a AMLO, la firma una tal «La Familia Unida». Hay algunas versiones sobre el origen de este grupo, y es la segunda ocasión que se incluye su firma en un narcomensaje. Hablaremos de ello en próximas entregas. Gracias y buen inicio de semana.
 
 
@betata75

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