TEXTO ÍNTEGRO: Fenómeno “EL NIÑO” podría ser Más EVIDENTE A MEDIADOS de 2023, alerta ONU

México es un país con más del 60% del territorio considerado árido o semiárido, por lo que la disponibilidad de agua es un tema crítico. Los efectos de la sequía a menudo se sienten más en la producción de granos básicos en algunas regiones, especialmente en combinación con las condiciones extremas de relieve y altitud en el país.

La Organización Meteorológica Mundial de la ONU advirtió el miércoles de esta semana sobre la probabilidad de que el fenómeno de El Niño se forme este verano, provocando un aumento de temperaturas a nivel global.

  • Hoy, el Pacífico Tropical se encuentra en un estado neutral, en el que no se manifiestan ni El Niño ni La Niña, pero hay un 80 por ciento de probabilidad de que se produzca una transición hacia el primero entre julio y septiembre, detalló la agencia en un comunicado. Sin embargo, hasta ahora no hay indicaciones sobre su fuerza o duración.

“Lo más probable es que el desarrollo de El Niño provoque un nuevo repunte del calentamiento global y aumente las posibilidades de batir récords de temperatura”, declaró Petteri Taalas, secretario general de la OMM.

El efecto del fenómeno sobre las temperaturas globales suele manifestarse al año siguiente de su desarrollo por lo que el repunte será mas evidente en 2024. También se espera un incremento de temperaturas en zonas terrestres del hemisferio norte y sur.

  • De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas, a partir de febrero de este año, se ha producido un aumento significativo de las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial, con un calentamiento notablemente más fuerte a lo largo de la costa de América del Sur.

Esto a pesar de que en los últimos tres años, el fenómeno de la Niña frenó temporalmente el aumento de temperatura global.

¿En qué consiste el fenómeno de El Niño?

El Niño es un fenómeno climático natural asociado al calentamiento de la temperatura de la superficie del océano Pacífico tropical central y oriental. Se produce cada dos a siete años en promedio y los episodios suelen durar entre nueve y doce meses.

  • De acuerdo con la ONU, el Niño suele provocar aumento de precipitaciones en América del Sur, graves sequías en Australia y el sur de Asia y sus aguas cálidas pueden alimentar huracanes en el centro y el este del océano Pacífico.
  • Al contrario de El Niño, el fenómeno de La Niña genera enfriamiento anómalo en el océano Pacífico, provocando cambios en el movimiento de las masas de aire lo que a su vez favoreciendo lluvias intensas o sequías extremas en otras regiones, según la UNAM.

Ambos fenómenos se alternan en un ciclo irregular denominado Oscilación Meridional de El Niño que puede afectar el clima de todo el planeta.

Hay riesgo de El Niño: ¿Qué significa esto para el clima del planeta?

El Niño es un evento que se origina en el océano Pacífico y que determina el clima de todo el mundo. De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, hay un 55% de probabilidades de que el fenómeno de El Niño se dé en la segunda mitad de 2023, lo que puede llevar a un aumento global de las temperaturas y a cambiar los patrones de vientos y precipitaciones de diferentes puntos del planeta.

¿Qué son El Niño y La Niña?

El Niño y La Niña son diferentes fases de un patrón climático que se da de forma recurrente en la zona tropical del océano Pacífico y que recibe el nombre de ENSO (por las siglas en inglés de El Niño-Oscilación del Sur).

  • El Niño es un fenómeno de calentamiento, mientras que La Niña lo es de enfriamiento. Ambos se van sucediendo, uno después del otro, aunque muchas se veces se dan procesos de condiciones neutrales entre ellos.

Durante los eventos de El Niño, la superficie del Pacífico se calienta, los vientos de la superficie se debilitan y las precipitaciones aumentan en la parte sur y este del océano. Todo esto provoca cambios en las presiones a nivel del mar, las temperaturas, las precipitaciones y los vientos no solo en los trópicos, sino en muchas otras regiones del mundo.

  • Los eventos de La Niña, por el contrario, están condicionados por el enfriamiento de la parte superficial del Pacífico. Sus consecuencias, al igual que las de El Niño, pueden notarse en todo el planeta.

Desde septiembre de 2020, el mundo ha estado bajo los efectos de La Niña: se han notado, por ejemplo, en el Cuerno de África y algunas regiones de América del Sur en forma de fuertes sequías y en precipitaciones abundantes en el sureste asiático y en Australasia.

Tras tres años consecutivos marcados por La Niña, el fenómeno de calentamiento de El Niño podría empezar a ganar posiciones en el Pacífico en la segunda mitad de 2023. De acuerdo con la OMM, hay más de un 50 % de probabilidades de que esto ocurra, aunque, como suele suceder con la meteorología, esto todavía está sujeto a ciertos niveles de incertidumbre.

¿Cómo afectará El Niño al clima?

El Niño y La Niña son fenómenos naturales, que no tienen origen antropogénico, como sucede con el cambio climático. Sin embargo, las consecuencias de ambos se pueden combinar. Esto sucedió en 2016, el año más cálido desde que existen registros debido en gran parte a la combinación de El Niño y los efectos del cambio climático.

  • Dado que El Niño es un fenómeno de calentamiento, se prevé que se dé un aumento de las temperaturas globales durante los próximos años. “Existe una probabilidad del 93 % de que al menos un año entre el 2023 y el 2026 sea el más cálido registrado, y una probabilidad del 50 % de que la temperatura global alcance temporalmente una subida de 1,5 °C por encima de la media de la era preindustrial”, señalan desde la OMM.

Esto deja al planeta en una situación delicada, ya que los últimos ocho años han sido ya el periodo más cálido jamás registrado (a pesar de la influencia del fenómeno de enfriamiento de La Niña durante tres años) debido a las consecuencias del cambio climático antropogénico.

  • Es importante entender que una subida de las temperaturas medias globales no implica que vaya a hacer más calor durante todo el año y en todas las regiones del mundo. En algunas, de hecho, los fenómenos climáticos asociados a El Niño pueden llevar a un descenso de las temperaturas. Es el caso del norte de Europa, en donde los inviernos pueden ser más secos y fríos debido al comportamiento de la corriente del chorro.
  • La corriente del chorro, una corriente de fuertes vientos que transporta lluvia a través del Atlántico, puede hacer también que las condiciones sean más húmedas en los países del sur del continente europeo. Al otro lado del globo, en Australia, El Niño puede implicar menos lluvias y mayores temperaturas, aumentando así el riesgo de sequías e incendios forestales.

En América Latina, muy cerca del océano Pacífico en donde se forma este fenómeno de calentamiento, es probable que los patrones climáticos sufran variaciones importantes. Las posibles predicciones apuntan a una temporada más seca de lo habitual en el Amazonas, por ejemplo.

  • Los efectos del clima actúan muchas veces como fichas de dominó estratégicamente colocadas: al moverse una, se produce un efecto en cadena que afecta a las demás. Hoy, es imposible predecir con exactitud qué consecuencias tendrá el retorno de El Niño ni cuándo sucederá. Sí puede anticiparse, sin embargo, un periodo de calentamiento que se unirá a los efectos del cambio climático que ya estamos notando en nuestro día a día.

México bajo la influencia de El Niño

  • El fenómeno de El Niño continúa impactando el clima en México, según informes recientes. En invierno, El Niño provoca un aumento en la precipitación en el noroeste y noreste del país, mientras que disminuye en la parte sur. Además, los inviernos con El Niño son más fríos en todo el país.

Por otro lado, los veranos con El Niño resultan más secos y cálidos que en los veranos de La Niña, lo que a menudo lleva a sequías graves y la pérdida de bosques por incendios forestales.

  • México es un país con más del 60% del territorio considerado árido o semiárido, por lo que la disponibilidad de agua es un tema crítico. Los efectos de la sequía a menudo se sienten más en la producción de granos básicos en algunas regiones, especialmente en combinación con las condiciones extremas de relieve y altitud en el país.

La escasez de lluvia en ciertos años es una señal evidente de un Niño fuerte, y los costos de la sequía son los que más se resienten en México.

Además de este fenómeno, otros factores, como los frentes fríos y las lluvias invernales, modulan el clima en México en invierno.

Estos “nortes” son el resultado de la acumulación de aire frío en latitudes medias e intensos gradientes meridionales de presión en la troposfera baja, lo que resulta en irrupciones de aire frío hacia los trópicos.

  • Es por esto que El Niño sigue siendo un factor importante en el clima de México, con impactos en la precipitación, las temperaturas y la disponibilidad de agua. Los veranos con dicho fenómeno son particularmente secos y cálidos, lo que a menudo lleva a sequías graves y la pérdida de bosques por incendios forestales.

Por supuesto, la disponibilidad de agua sigue siendo un tema crítico en un país donde más del 60% del territorio se considera árido o semiárido./PUNTOporPUNTO

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