COVID y la MEDICINA tradicional aumentan el RIESGO para los Animales en Peligro EXTINCIÓN

De acuerdo un estudio, en casos documentados de infección por SARS-COV-2 en gatos, perros, hámsteres, leones y tigres, el virus puede estar utilizando receptores ACE2

No, la especie humana no es la única que enfrenta una amenaza ‘potencial’ ante el nuevo coronavirus que provoca la enfermedad COVID-19, y que ha cobrado la muerte de más de 2.5 millones personas alrededor del mundo.

Si bien se reportaron casos específicos de animales de compañía como perros y gatos, que contrajeron el virus en meses pasados luego de que sus dueños se infectaran, un nuevo estudio de la Universidad de California en Davis descubrió que el SARS-COV-2 representa también una amenaza ‘potencial’ para varias especies del mundo animal silvestre.

  • Un equipo de científicos utilizó el análisis genómico para comparar el principal receptor celular del virus en los seres humanos, es decir, la enzima convertidora de angiotensina-2 o ACE2, en 410 especies diferentes de vertebrados, incluidos aves, peces, anfibios, reptiles y mamíferos.
  • Normalmente, la proteína ACE2 se encuentra en muchos tipos diferentes de células y tejidos, incluidas las células epiteliales de la nariz, la boca y los pulmones. En los seres humanos, 25 aminoácidos de esta proteína son importantes para que el virus se una y entre en las células.

Los investigadores utilizaron estas secuencias de 25 aminoácidos y modelaron su estructura proteica predicha junto con la proteína de espiga SARS-CoV-2, para evaluar cuántos de estos aminoácidos se encuentran en la proteína ACE2 de las diferentes especies.

«Se prevé que los animales con los 25 residuos de aminoácidos correspondientes a la proteína humana corren el mayor riesgo de contraer el SARS-CoV-2 a través del ACE2», dijo Joana Damas, primera autora del artículo e investigadora asociada posdoctoral en UC Davis. «Se prevé que el riesgo disminuya cuanto más difieran los residuos de unión a ACE2 de la especie de los humanos».

  • Se predijeron cinco categorías de puntuación: muy alta, alta, media, baja y muy baja de ser propensos a contagiarse con el virus. Especialmente, los animales en peligro de extinción resultan ser los más afectados.

Aproximadamente el 40 por ciento de las especies potencialmente susceptibles al SARS-CoV-2 están clasificadas como «amenazadas» por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y pueden ser especialmente vulnerables a la transmisión de persona a animal.

De acuerdo con el estudio, en casos documentados de infección por SARS-COV-2 en gatos, perros, hámsteres, leones y tigres, el virus puede estar utilizando receptores ACE2, o bien, receptores distintos para acceder a las células huésped.

A partir del estudio, los investigadores descubrieron que los murciélagos tenían un riesgo muy bajo de contraer el nuevo coronavirus a través de su receptor ACE2, lo que es consistente con los datos experimentales reales.

Una menor propensión a la unión podría traducirse en una menor propensión a la infección, o una menor capacidad para que la infección se propague en un animal o entre animales una vez establecida.

  • Ante el riesgo de propagación humano- animal, o viceversa, «las enfermedades zoonóticas y cómo prevenir la transmisión de humano a animal no es un nuevo desafío para los zoológicos y los profesionales del cuidado animal», dijo el coautor Klaus-Peter Koepfli, científico investigador principal de la Escuela de Conservación Smithsonian-Mason y exbiólogo conservacionista. «Esta nueva información nos permite enfocar nuestros esfuerzos y planificar en consecuencia para mantener a los animales y humanos seguros».

Esta investigación respalda la idea de que uno o más huéspedes intermedios estuvieron involucrados entre el contagio de murciélago-humano. Los datos permiten a los investigadores determinar qué especies podrían haber servido como huésped intermedio en la naturaleza, ayudando a los esfuerzos para controlar un futuro brote de infección por SARS-CoV-2 en poblaciones humanas y animales.

¿Qué animales se encuentran en peligro de extinción debido a medicinas tradicionales?

Los pangolines, cuyo nombre científico es Pholidota y significa ‘’cubierto de escamas’’ en griego, son una familia de mamíferos recubiertos de enormes escamas de ocho especies diferentes. Cuatro de ellas habitan en Asia y otras cuatro en África, aunque antes existían muchas más.

Son animales nocturnos y de ahí que reciban el apodo de ‘’espectros’’. Habitan en junglas, bosques, llanuras y sabanas. En particular, el pangolín chino empezó a acaparar la atención de los medios y a convertirse en el protagonista de las noticias debido a que los científicos chinos plantearon la idea de que podrían haber sido ellos los transmisores del virus SARS-CoV-2, la COVID-19.

  • Las ocho especies de pangolín reciben protección internacional debido a su alta vulnerabilidad: se da caza en todo el mundo debido a la creencia de que sus escamas curan enfermedades. La medicina tradicional china es su principal consumidor, ya que de estas protecciones hace un polvo que receta a sus pacientes para tratar reumatismo, artritis, etc. Nada científicamente comprobado.
  • En los últimos años se ha convertido en el espécimen más traficado del mundo, el National Geographic nos da los siguientes números de este genocidio animal: ‘’Un estudio reciente de la Universidad de Sussex cuantificaba en más 2,7 millones el total de pangolines cazados en un año en Camerún, la República Centroafricana, Guinea Ecuatorial, Gabón, la República Democrática del Congo y la República del Congo.’’

Por desgracia, no es el único animal que ha menguado su población de manera desproporcionada debido a las pseudomedicinas tradicionales. Te contamos qué otros animales se encuentran en esta lista negra.

¿Qué otras especies están amenazadas?

  • El caballito de mar: Aunque parezca difícil de creer, en Asia se tiene la creencia que consumir caballito de mar de manera terapéutica cura el asma, la depresión o disfunción eréctil. En China, Vietnam y Japón es donde se encuentra la mayor cantidad de mercados negros que trafican con animales como estos. Según el portal Oceana, los datos apuntan que en el 2011 alrededor de 25 millones de caballitos de mar (70 toneladas) fueron intercambiados en el comercio internacional, por nada menos que 77 países.
  • Oso tibetano: También se le conoce como el oso del Himalaya y para evitar su captura ilegal, se planteó crear unas ‘’granjas de cría’’. Es cazado porque su bilis contiene propiedades médicas, repetimos que nada de esto está científicamente probado, y mantienen a los osos encerrados en jaulas para extraérsela.

Todo ello mientras el animal sigue vivo, obviamente, para que siga alimentándose y produciendo dicho líquido. Respecto a las granjas de cría, finalmente se comprobó que era mentira: seguían cazando osos y enjaulándolos sin límite alguno.

  • El tigre: Todas las especies de este felino se encuentran en peligro de extinción. Pero, entre ellas, hay una que es la más damnificada: tanto, que se cree que ya no existen en libertad, solo en cautiverio, como zoológicos o centros de cría y rehabilitación de animales. Este, es el Tigre de Amoy, un espécimen muy curioso y único ya que solo existe en un pequeño territorio de China. Su población, en poco menos que un siglo (en 1905 eran muy numerosos), ha llevado a que esté catalogado en estado crítico de extinción.

De este animal se usan, prácticamente, todas las partes de su cuerpo. En la medicina tradicional china se cree que cada trozo de este felino puede curar: desde las garras molidas, pasando por los dientes y ojos, hasta finalizar con la venta de su cerebro y pene. Incluso las heces se usan para tratar hemorroides.

  • El buitre: Este animal ha entrado en la lista de especies en peligro de extinción debido a la medicina tradicional africana. Se cree que, si se consume, se tendrá suerte en los negocios, en el juego o en la lotería. Tal y como recoge National Geographic, para poder cazarlos se practica el ‘’envenenamiento centinela’’: consiste en poner veneno en cadáveres de animales que posteriormente estas aves se comerán. Así, en 20 meses logran cazar más de 1.000 buitres, logrando que ocho especies de buitre hayan visto reducidas sus poblaciones en un 62% en los últimos 30 años.
  • El rinoceronte: Actualmente existen 5 especies de este gran mamífero, pero hace unos años existían varias más. En 2011 se extinguió el rinoceronte de Vietnam, así como el rinoceronte negro del oeste. No hablamos de hace tantos años, hablamos de hace solamente una década. Se cree que su cuerno tiene superpoderes curativos: desde el cáncer hasta disipar la fiebre. Además, China poco ayuda a que se termine esta pesadilla, recientemente ha quitado la prohibición de usar esta parte del rinoceronte como pruebas para medicamentos.

Y así, terrícola, hasta completar una larga lista en donde también se incluyen animales como el elefante, tiburones (se cree que el cartílago cura la artritis y el cáncer), los loris (único primate venenoso), el antílope saiga, búfalos, salamandras, etc.

A pesar de que comprar este tipo de medicinas tradicionales, conseguir los ingredientes y producirla tiene un costo muchísimo mayor que la medicina convencional y estrictamente comprobada, se sigue con esta terrible actividad.

Vacuna anti-COVID-19 podría poner en peligro a los tiburones

El aceite de hígado de tiburón, o escualeno, es una sustancia grasa que proporciona una flotabilidad vital a esta especie en peligro crítico de extinción y muchas otras. Pero también supone una salvación para los humanos como agente potenciador de las vacunas, denominado adyuvante, que mejora el sistema inmunitario y aumenta la eficacia de las vacunas.

  • Mientras las farmacéuticas del mundo se apresuran a crear una vacuna contra la COVID-19, al menos cinco de las 202 candidatas a vacuna han recurrido al escualeno obtenido de tiburones salvajes capturados.
  • Una de esas candidatas es una vacuna desarrollada en Australia por la Universidad de Queensland, en colaboración con la empresa biofarmacéutica australiana CSL y su filial Seqirus. La vacuna, por ahora sin nombre, contiene el adyuvante MF59 con escualeno, que se obtiene de diversas especies de tiburones. Los ensayos clínicos en humanos empezaron este año y, si todo sale bien, se producirán 51 millones de dosis inicialmente.

Cada año se capturan y comercian decenas de millones de tiburones a nivel internacional —de forma tanto legal como ilegal—, la mayoría por su carne y sus aletas, pero unos tres millones o más por su escualeno. Para extraer casi una tonelada de escualeno se necesitan los hígados de entre 2500 y 3000 tiburones.

Los conservacionistas temen que el aumento de la demanda de escualeno para las vacunas, entre otros usos, ponga en mayor peligro a las especies de tiburón, un tercio de las cuales son vulnerables a la extinción.

«Es insostenible someter a esta demanda un recurso natural finito como los tiburones», afirma Stefanie Brendl, fundadora y directora ejecutiva de Shark Allies, una organización sin ánimo de lucro con sede en California.

  • Solo el uno por ciento del escualeno acaba en las vacunas; la mayoría se destina a productos cosméticos como la crema solar, las cremas para la piel y las cremas hidratantes. Con todo, Brendl indica que a medida que la población global crece, la necesidad de vacunas aumentará en los próximos años, y añade que algunos expertos médicos sugieren que se necesitarán varias dosis de las vacunas contra la COVID-19.

«No decimos que haya que detener los ensayos de las vacunas, pero si seguimos viendo a los tiburones como una solución fácil y no tenemos en cuenta las alternativas que existen, entonces seguiremos utilizando [escualeno] como plantilla para las vacunas», afirma Brendl.

A la luz del declive de las poblaciones de tiburones, algunas empresas de biotecnología están buscando otras fuentes de escualeno. Hay plantas que contienen la sustancia, como la caña de azúcar, los olivos, las semillas de amaranto y el salvado de arroz, por ejemplo. Aunque las alternativas vegetales están probándose en estudios y ensayos clínicos, las agencias regulatorias como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aún tienen que aprobarlos como parte de una vacuna final.

La extracción del hígado: una industria en aumento

Durante siglos, las personas han explotado los hígados de los tiburones como alimento y fuente de energía; por ejemplo, el aceite de hígado iluminó las farolas de la Europa del siglo XVIII. El aceite también se ha empleado como colorante de telas y alimentos, así como en productos cosméticos.

  • Aunque la gran mayoría de los tiburones son capturados por accidente en la pesca de atún, calamar y salmón a gran escala, las deficiencias a la hora de notificar dichas capturas significan que es difícil distinguir las capturas incidentales legítimas de las actividades de pesca ilegales. Además, las especies de tiburón comerciadas rara vez se identifican en los registros.

Para satisfacer la demanda de hígados de tiburón, se ha desarrollado una industria especializada de pescadores, productores y comerciantes, sobre todo en Indonesia y la India. En un proceso que en inglés se llama «livering», los pescadores matan a un tiburón para extraerle el hígado y tiran el resto del cadáver por la borda.

«Leucocitos naturales»

Aunque todos los tiburones tienen escualeno, los pescadores buscan especies de aguas profundas, cuyos hígados son más grandes y, por consiguiente, tienen mayores concentraciones de aceite. Estos tiburones son muy vulnerables a la sobrepesca porque maduran lentamente; algunos tardan una década en empezar a reproducirse.

En consecuencia, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que establece el estado de conservación de la fauna y la flora, considera que casi la mitad de las 60 especies de tiburones más buscadas por sus hígados —entre ellas la cornuda común, el marrajo carite y el tiburón ballena— son vulnerables a la extinción.

  • Muchas de esas especies están protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), que restringe o prohíbe la pesca de determinadas especies marinas, como los tiburones y las rayas.
  • Joanne Cleary, portavoz de Seqirus, que utiliza el adyuvante MF59 con escualeno, contó a National Geographic que su escualeno procede de especies de tiburón que no están protegidas por CITES. En una pregunta posterior, Cleary no reveló si los proveedores de Seqirus cumplen con las normas de pesca sostenibles establecidas por el Marine Stewardship Council.
  • Según Brendl, de Shark Allies, «que una pesquería evite las especies protegidas no significa necesariamente que sea sostenible. Solo unas pocas especies están protegidas legalmente y se tarda años en lograr que una nueva figure en las listas de protección».

Perder a depredadores apicales marinos, como la cornuda común, podría resultar desastroso para el medioambiente, señala Austin Gallagher, explorador de National Geographic y científico jefe de Beneath the Waves, un grupo de conservación de tiburones con sede en Virginia.

«Los tiburones desempeñan un papel crucial como los leucocitos naturales de nuestros océanos», dice Gallagher. «Mantienen nuestros ecosistemas sanos al comerse a otros animales que están enfermos, heridos o que no son aptos para transmitir sus genes. Son agentes de la selección natural de la forma más poética».

¿Qué hay de la pureza?

Brendl dice que las compañías farmacéuticas tienen la responsabilidad de desarrollar alternativas viables al escualeno de tiburones para presentárselas a los reguladores. Señala que Novavax, una empresa estadounidense de desarrollo de vacunas, ya utiliza un adyuvante de escualeno alternativo, el Matrix-M, en ensayos clínicos para su vacuna experimental anti-COVID-19. Matrix-M se fabrica con la corteza del quillay, un árbol abundante en Chile.

Aunque la empresa considera que el adyuvante de quillay es seguro, aún no ha sido evaluado como parte de un producto final presentado ante la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos.

  • Según la portavoz de Seqirus, «en esta fase, los escualenos [alternativos] no han sido aprobados por los reguladores para su uso en vacunas debido a los niveles de pureza requeridos».
  • Sin embargo, el Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas descubrió que el escualeno de calidad farmacéutica producido por la empresa de biotecnología estadounidense Amyris cumplía y, en algunos casos, superaba los perfiles de seguridad y pureza del escualeno de tiburón, según Chris Paddon, científico jefe de Amyris.

Explica que Amyris está apostando por la caña de azúcar como solución al escualeno de tiburón. La empresa cultiva cientos de hectáreas de caña de azúcar en el sudeste de Brasil para procesar el escualeno. En teoría, solo diez hectáreas de caña de azúcar podrían producir suficiente escualeno para mil millones de vacunas anti-COVID-19.

  • Paddon señala que, como los productores pueden controlar la forma en que se cultiva y se cosecha la caña de azúcar, es posible garantizar la calidad del escualeno. «Cuando utilizas productos animales, vienen acompañados de impurezas por el medioambiente donde se crían y los lugares donde los procesan». Además, Paddon indica que el cultivo de caña de azúcar es más barato que capturar tiburones y extraerles el hígado.

Gallagher, de Beneath the Waves, añade que la pandemia ha intensificado el escrutinio público del proceso de desarrollo de vacunas y lo que se incluye exactamente en nuestros medicamentos.

«Uno de los aspectos significativos que también ha surgido con esta pandemia es sacar a la luz sobre el problema medioambiental que tenemos aquí, que es la gran pérdida de tiburones de nuestros mares que ocurre a escala global», afirma./Agencias-PUNTOporPUNTO

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