CRIMEN ORGANIZADO construye base INFANTIL en CDMX; menores se convierten sicarios, narcomenudistas y secuestradores

Los delitos de alto impacto cometidos por niñas, niños y adolescentes, datos del Tribunal detallan que desde 2017 se han dictado 94 medidas por ilícitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo

Un niño de 13 años secuestra a una persona y, tras ser detenido, es sentenciado a sólo ocho meses de prisión. Otro, de 14 años, es aprehendido con armas de fuego de uso exclusivo del Ejército y la Fuerza Aérea; se presumía que era un sicario pero, por su corta edad, va a la cárcel por siete meses únicamente.

Se trata de dos ejemplos, pero en los últimos años las autoridades de Ciudad de México han detectado decenas de casos similares, los cuales indican que el crimen organizado ha construido una base infantil y adolescente prácticamente inmune a largas sentencias de prisión gracias al marco legal vigente.

  • Al menos 218 menores han sido encarcelados por haberse convertido en sicarios, narcomenudistas y secuestradores en la capital durante los últimos cinco años, según cifras del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México. Son jóvenes en conflicto con la ley por delitos de alto impacto que, ante su minoría de edad, pueden salir rápido de la cárcel sin importar la falta cometida.

De acuerdo con datos de la Dirección Estadística de la Presidencia del Tribunal obtenidos por MILENIO vía transparencia, entre 2017 y mayo de 2021 se dictaron 665 sentencias por diversas conductas tipificadas como delitos cometidos por menores de edad, la mayoría relacionados con actividades realizadas por el crimen organizado.

De las medidas privativas de la libertad, 67 por ciento se concentra en menores de 16 y 17 años; sin embargo, hay cinco niños de 13 años que cuentan con sentencias por delitos como secuestro, homicidio e incluso violación a otra menor.

  • En el caso de los delitos de alto impacto cometidos por niñas, niños y adolescentes, datos del Tribunal detallan que desde 2017 se han dictado 94 medidas por ilícitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo y portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, 61 por secuestro y 63 más por homicidio.
  • Otra de las ventajas de que gozan los menores es que las penas máximas se determinan conforme a la edad del infractor, lo que permite que puedan ser ingresados a los centros de internamiento en más de una ocasión y volver a incorporarse a las filas de la delincuencia organizada.

En el caso de los delitos de alto impacto cometidos por niñas, niños y adolescentes, datos del Tribunal detallan que desde 2017 se han dictado 94 medidas por ilícitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo y portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, 61 por secuestro y 63 más por homicidio.

Otra de las ventajas de que gozan los menores es que las penas máximas se determinan conforme a la edad del infractor, lo que permite que puedan ser ingresados a los centros de internamiento en más de una ocasión y volver a incorporarse a las filas de la delincuencia organizada.

Menores en CDMX, usados por los narcomenudistas

Una mujer denunció que su hermano obligaba a su hijo de 10 años a vender marihuana en la calle. El hombre fue detenido en la Colonia El Capulín, Alcaldía Álvaro Obregón y trasladado a la Fiscalía Central de Investigación (Alcaldía Cuauhtémoc).

  • El hombre había secuestrado a su sobrino y lo golpeaba para que vendiera la droga al menudeo. El niño estaba golpeado y fue revisado por un médico legista.
  • Cuando detuvieron al hombre declaró que pertenecía al Cártel Jalisco Nueva Generación. Parece un hecho inusual, pero en enero de este año, otro menor de edad fue detenido por narcomenudeo en la Alcaldía Gustavo A. Madero y en septiembre del 2020, se detuvo una pareja en Cuautitlán (Edomex) que usaba a su nieto (3 años de edad) para traficar.

El punto álgido en detención de menores sucedió en enero del año pasado cuando cinco adolescentes (entre 14 y 17 años) fueron aprehendidos acusados de secuestro y tráfico de drogas en la Alcaldía Tláhuac.

  • El uso y participación de menores en el tráfico y venta al menudeo de drogas es un problema creciente en la Ciudad. Según la fiscalía capitalina, el número pasó de 9 detenidos al año (2012) a tener el pico histórico en 2018 con 142 detenidos. Ninguna otra población (vulnerable) sufrió un nivel de aumento tan salvaje en estos años.

A partir de los 12 años, los menores generalmente ya participan en la venta, comercio y suministro de drogas (es decir, se unieron al negocio y trabajan para una banda), mientras que antes de esa edad, son usados por mayores para transportar o entregar drogas (sin que el/la menor venda por sí mismo/a la droga).

  • La participación y uso de menores en el negocio de la droga es bastante simple: los jueces no imponen cárcel a menores de 14 años… y lo demás es conocido: ingresos rápidos y fáciles en un contexto de falta de oportunidades, trabajo, pobreza, y un largo etcétera de carencias. ¿Cómo competir con ganancias de 12,000 pesos mensuales, en promedio, por estar unas horas en una esquina? El chico/a puede ganar más que toda la familia con empleos formales mal remunerados.

Las consecuencias para los menores son simplemente desastrosas. Un ejemplo: de 2015 a 2019 hubo 4,664 niños y adolescentes víctimas de homicidio doloso, donde 8 de cada 10 fueron asesinados con armas de fuego (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad). Una cifra impensable antes de la no declarada guerra contra las drogas que militarizó la seguridad pública y disparó las tasas de homicidio, enfrentamientos de bandas y los precios de las drogas en los mercados.

  • En la gráfica se puede ver el impacto de esa guerra a partir de 2012 en la detención de menores en la Ciudad, lo que refleja un mayor nivel de reclutamiento y uso de chicos/as y adolescentes en el tráfico de drogas. Si suma los muertos a los detenidos, se tienen números propios de una generación perdida. Los que sobreviven entran y salen continuamente de las instituciones de justicia hasta tener la edad suficiente para ir a prisión donde se repite el ciclo hasta terminar muertos por la Policía o por las bandas rivales.

Los menores tienen un mundo sin futuro al margen de las riquezas de la Ciudad, abandonados por la mano del Estado que tiene para ellos una sola política pública: policía, fiscales, jueces y prisión. La legalidad para esos chicos/as no es la escuela y un trabajo honesto, sino una patrulla policial./Agencias-PUNTOporPUNTO

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