DEL SINIESTRO SECUESTRO a las SINIESTRAS ELECCIONES

Por Francisco D´Angelo

“Hemos conocido la amargura de la derrota y la exultación del triunfo y de tanto que hemos aprendido no puede haber vuelta atrás. Tenemos que seguir adelante para preservar en paz lo que ganamos en la guerra”. Douglas McArthur.  

El Ministro de Comunicaciones de la Dictadura Bolivariana de Venezuela, Jorge Rodríguez, alias “El Siniestro”, como lo describe brillantemente en su libro “Los Hermanos Siniestros” la periodista venezolana Ibélyse Pacheco exiliada en Miami, anunció el 31 de agosto de este año 2020, la liberación de unos 100 presos políticos que se encontraban secuestrados por el régimen de Maduro. El Ministro dio el cínico discurso  de que estos ciudadanos recibieron un “indulto presidencial”, cuando su único  delito ha sido luchar de forma incansable por la democracia y la libertad de Venezuela. Víctimas acusadas sin pruebas, sin debido proceso, sin juicio y recibiendo todo el peso del poder de la cobarde dictadura militar que sistemáticamente lo usa  para crear terror en una población civil castrada y armada solo con ideales.

Estos héroes de la democracia han sufrido los delitos más infames:

El secuestro y la tortura.

Expresó El Siniestro que esta liberación es para obligar a la oposición a resolver los problemas en Venezuela. En realidad, lo que la dictadura quiere es allanar el camino hacia unas elecciones fraudulentas el 6 de diciembre, con un Consejo Electoral a favor del régimen y  con partidos políticos inhabilitados o robados a sus dirigentes y militantes.

Esta liberación de rehenes políticos no se hubiese logrado sin la “histórica paliza” que internacionalmente ha recibido el régimen: 56 países democráticos, entre los que se encuentran Estados Unidos, Canadá, Colombia, Salvador, Uruguay, Perú, Bolivia y Alemania reconocen al Presidente Guaidó, mientras que muy pocos aceptan al régimen Chavista como legítimo.  Cuba, Nicaragua, Irán, Turquía, China y Rusia si lo avalan, pero es obvia la tendencia que siguen estos pocos países, lamentablemente junto al México de López Obrador, quien metió a la noble nación azteca en esta errónea estrategia que la lleva a apoyar la infame dictadura que subyuga a Venezuela.

Meses antes,  cuando aún no atravesábamos los sinsabores de esta pandemia, “El Siniestro”  llamaba con insistencia por WhatsApp a su contacto en la Cancillería mexicana para saber sobre temas como la actualización de los vuelos de Caracas a Toluca  y constatar si era posible enviar ese “oro de sangre” que proviene de actos ilegales como destruir el Amazonas, asesinar personas, etc. También quería conocer lo que hacía la oposición de Maduro en contra de las empresas (propiedad de Alex Saab y otros testaferros), que cambiaban alimentos con sobreprecio, por petróleo robado a la Nación. Así mismo, intentaba descubrir los pasos que daba en este país el representante de la Asamblea Nacional de Venezuela y del Presidente Guaidó, Reinaldo Díaz.

Como nadie respondía al teléfono, marcó a su camarada embajador de Maduro en México y reconocido por el presidente López Obrador, Francisco Arias Cárdenas, compañero del golpe de estado de Hugo Chávez, pero tampoco recibió respuesta. Por último llamó a sus hijos, que estudian en México y viven junto a su madre, la chef Irina Vivas, a quien le fueron congeladas unas cuentas bancarias por 36 millones de dólares en Panamá, en 2009, cuando su Siniestro ex esposo era Alcalde usurpador de Caracas.

Jorge Rodríguez viajó a México en 2019, a visitar al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, hecho del que quedó constancia en una columna de Fausto Pretelin Muñoz de Cote, del Diario “El Economista” de México. Supuestamente, el Canciller Ebrard no lo recibió; fue el subsecretario para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes, quien lo hizo. Pero el solo hecho de haber recibido a este oscuro personaje en la Cancillería Mexicana, demuestra la posición que tiene el gobierno de López Obrador a favor del gobierno dictatorial venezolano, a quien reconoce y apoya.

El Siniestro había manejado pésimamente su estrategia para conseguir la asistencia de Maduro a la toma de posesión de López Obrador en diciembre de 2018 y esta acción obligó a la oposición venezolana en México a moverse. Esperaron al dictador con actuaciones legales ante la Procuraduría mexicana, decidieron traer al Magistrado del Legítimo Tribunal Supremo de Justicia venezolano, Dr. Rommel Gil Pino, y consignar el expediente de la sentencia de esta máxima instancia, que condena a Maduro a 18 años y 3 meses de cárcel. Planificaron todo con la finalidad de que INTERPOL detuviera a Maduro en México pero, por supuesto, tomó posesión López y el procurador mexicano hizo caso omiso de la sentencia.

Maduro, después de horas de espera en su avión en México, llegó al Zócalo, donde por cierto, recibió el insulto de la muchedumbre frente al Palacio Nacional. Allí se tomó la foto con la nueva pareja presidencial, evidenciando así hasta donde estaba comprometido el nuevo presidente de México con la dictadura Madurista. Por su parte Donald Trump, no quiso asistir a compartir espacios con el dictador. El Siniestro fue el artífice de esta trama y de la presencia de Maduro en el evento, lo que opacó a López Obrador, su fiesta de toma de posesión presidencial en México.

Posteriormente, el Canciller Marcelo Ebrard, junto con el tristemente célebre ex presidente de España, Rodríguez Zapatero, intentó establecer un “mecanismo fallido de diálogo” en la Conferencia de Montevideo del 6 de Febrero de 2020, con  la participación de Bolivia, España, México y Uruguay, intentando restar poder al Grupo de Lima creado por la OEA. Sin embargo este mecanismo falló, la oposición no lo aceptó y Pedro Sánchez  presidente de España solicitó una semana para llamar a elecciones o reconocería a Guaidó. Tiempo después Bolivia saldría de Evo Morales y  en Uruguay ganaría un presidente que reconoce a Guaidó, el Lic. Luis Alberto La Calle Pou.

El Siniestro Jorge Rodríguez ha sido un personaje importante en la dictadura de Venezuela desde la época de Chávez. Aunque es poco conocido internacionalmente en ámbitos no políticos, le ha hecho mucho daño a la nación, en especial a los venezolanos que siguen en el país; así como también a los 5 millones de desplazados, que se han convertido en la segunda migración forzada más grande del mundo después de Siria.

Un valiente político excarcelado al salir de la cárcel expresó: ¡Hemos ganado una batalla no la guerra!

Como dijo Mc.Arthur ¡¡¡Volveremos!!! No tengan duda de que los venezolanos demócratas volveremos. Esta historia continuará….

Francisco D’ Angelo Ohep

Director de VENEMEX y Master en Derecho Internacional

Recibe nuestro boletín informativo, suscríbete usando el formulario