2023 mantendrá TEMPERATURAS ALTAS; CAMBIO CLIMÁTICO se encamina a un alza de 1.5 ºC

Los científicos coinciden en que los fenómenos combinados de sequías y olas de calor extremo constituyen uno de los peores factores de estrés climático para el desarrollo global.

El cambio climático no es un asunto aislado. Y para 2035 alcanzará los 1.5°C, según la “calculadora” del Servicio de Cambio Climático (C3S) de Copernicus, cuyo director, Carlo Buontempo, ha advertido de que todo apunta a que en 2023 se mantendrán las altas temperaturas tras un 2022 de máximas extremas.

  • El grupo de expertos climáticos de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) pide limitar el calentamiento global a 1.5°C a lo largo del siglo respecto los niveles preindustriales para evitar consecuencias irreparables del cambio climático, como, por ejemplo, la desaparición de islas o zonas costeras bajo el mar.
  • Este límite llegó después del Acuerdo de París (2015), cuyos firmantes se comprometieron a actuar para mantener el aumento de la temperatura de la superficie de la Tierra muy por debajo de 2°C y esforzarse para limitarlo a 1.5°C (temperatura media en 30 años).

En 2022, la media se situó 0.3°C por encima de la del periodo 1991-2020 y superó en 1.2° a la de 1850-1900 (preindustrial). Así, por octavo año consecutivo, se superó en 1°C la media preindustrial, según datos del C3S, que revelan que fue el segundo año más cálido en Europa y el quinto a nivel global desde que existen registros.

Además, se vivió el verano más caluroso de la historia en Europa y el tercero a escala mundial, subraya Buontempo, que apunta que básicamente todo el oeste europeo sufrió temperaturas extremas y que los datos confirman que, en los últimos 30 años, el Viejo Continente se está calentando a mayor velocidad que otras partes del planeta.

“Esto no era así en los 30 años anteriores -1960 a 1990-“, dijo en una entrevista con EFE el experto, que atribuye el cambio a un cúmulo de factores: la falta de precipitaciones combinada con una mayor evaporación del agua por las altas temperaturas, el deshielo polar o la desaparición de glaciares y nieve en las grandes cadenas montañosas.

A cierre de 2022, calculaba que ese límite se alcanzará en febrero de 2035, mientras que con datos a 2020 lo establecía para mayo de 2045. Aunque el cálculo va cambiando mes a mes, con los datos de los últimos años lo sitúa siempre en la primera mitad de la próxima década.

Esta herramienta se basa en la extrapolación de los datos observados de temperaturas y el objetivo es demostrar que alcanzar este punto crítico “llegará muy pronto, pasado mañana” y que se debata qué pasará después, ya que, aunque se tomen medidas, el “enfriamiento” del planeta llevará décadas o siglos.

El niño impactará en las temperaturas

Preguntado por lo que cabe esperar en 2023, subraya que, aunque es “imposible” saber qué temperatura hará, por ejemplo, en verano, los datos satelitales indican que estará por encima de la media de los últimos años porque “hay una tendencia clara”.

  • Además, el fenómeno de La Niña, dominante en los últimos tres años y caracterizado por una temperatura del Pacífico más baja de lo normal, tornará a El Niño, corriente caliente que lleva aparejada una subida de los termómetros globales.

“De siempre, los años más calurosos acostumbran a ser los del Niño y si llega, como parece que podría ser a final de año o principios de 2024, vamos a tener, muy probablemente, una subida de la temperatura global importante”, dice Buentempo, quien, no obstante, se muestra optimista porque, en su opinión, la “sensibilidad sobre este tema ha cambiado de forma repentina”.

Esto se debe a que, tras años de advertencias de los científicos, el pasado verano experimentamos de cerca los efectos del cambio climático: subida de temperaturas, sequía, incendios…y esto hará que se acelere la reacción para frenar el cambio climático, algo que, en su opinión, pasa necesariamente por reducir las emisiones a cero.

Además, es necesario saber que el clima que tenemos y tendremos será muy distinto al clima que vivieron nuestros abuelos y debemos adaptarnos a él, para lo que será fundamental usar la multitud de datos de los que se disponen.

Sequías y olas de calor extremo

Los científicos coinciden en que los fenómenos combinados de sequías y olas de calor extremo constituyen uno de los peores factores de estrés climático para el desarrollo global. El panorama actual no es alentador: la falta de agua y las altas temperaturas no darán tregua si no se mitiga la alta emisión de gases de efecto invernadero.

  • El calentamiento global intensificará diez veces estos peligros (sequía más calor extremo) a nivel mundial para fines de siglo si no se revierte este escenario, según advirtió un reciente estudio de los investigadores de la Facultad de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Oxford, Reino Unido. El documento se publicó en la revista Nature Sustainability.
  • Los investigadores expresaron que, a raíz de las temperaturas récord en 2022, desde Londres hasta Shanghái, se proyecta un aumento continuo de las temperaturas en todo el mundo. Cuando se evalúan juntas, las amenazas vinculadas de olas de calor y sequía representan un riesgo significativamente mayor para la sociedad y los ecosistemas que cuando cualquiera de estas amenazas emerge de forma independiente.

Estas amenazas conjuntas pueden tener impactos socioeconómicos y ecológicos severos que podrían agravar las desigualdades sociales, ya que se prevé que tengan impactos más severos en las personas más pobres y las áreas rurales, puntualizó el doctor Jiabo Yin, autor del documento e investigador asociado de la Facultad de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Oxford, Reino Unido, y profesor asociado de la Universidad de Wuhan, China.

Según la investigación, “se proyecta que la frecuencia de los peligros extremos combinados se intensifique diez veces a nivel mundial debido a los efectos compuestos del calentamiento y la disminución en el almacenamiento de agua terrestre, en el escenario de emisiones más alto. Se proyecta que más del 90% de la población mundial estará expuesta a riesgos cada vez mayores en el clima futuro”.

  • El investigador de la Universidad de Oxford remarcó que mediante el uso de simulaciones de un gran conjunto de modelos de clima e hidrología y un nuevo conjunto de datos de presupuesto de carbono generado por aprendizaje automático, “cuantificamos la respuesta de la productividad del ecosistema a los factores estresantes del calor y el agua a escala global”.
  • Según los resultados del estudio, los científicos señalaron que el impacto de la amenaza compuesta de calor extremo y sequías será devastador para el mundo natural y para las economías internacionales. El doctor Yin puntualizó que la disponibilidad limitada de agua afectará la capacidad de los “sumideros de carbono” (regiones de biodiversidad natural) para absorber las emisiones de carbono y emitir oxígeno.

La doctora Luisa Slater, quien lidera el grupo de investigación de Fenómenos Extremos Hidroclimáticos de Oxford, dijo que “comprender los peligros que se agravan en una Tierra que se calienta es esencial para la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, en particular el ODS 13 (Acción por el Clima) que tiene como objetivo combatir el cambio climático y sus impactos”.

  • Autopropagación de la sequía: La capacidad del fuego de extenderse rápidamente arrasando la vegetación a su alrededor explica la voracidad de los incendios forestales. Recientemente, el Consejo Europeo de Investigación (ERC) señaló que otro fenómeno ambiental extremo, como las sequías, también poseen la cualidad de autopropagarse, extendiendo y replicando la falta de agua a grandes zonas.

“Hasta el 30% del déficit de lluvia puede ser causado por la autopropagación de la sequía”, señaló una investigación del proyecto DRY-2-DRY del ERC. La menor evaporación provocada por la sequedad del suelo puede afectar el balance energético de la superficie terrestre, con implicaciones para la precipitación local y a favor del viento, según el documento publicado en Nature Geoscience realizado por el Laboratorio de Extremos Hidroclimáticos de Universidad de Gante, Bélgica.

Cuando la evaporación se ve limitada por la humedad del suelo, el suministro atmosférico de agua se agota y este déficit puede propagarse en el tiempo y el espacio. Según la hipótesis que plantearon los científicos, este mecanismo podría resultar en la autopropagación de las sequías.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lleva tiempo advirtiendo sobre los fenómenos climáticos extremos que incluyen el calentamiento global, la contaminación, y las sequías, a las que ha descrito como “la próxima pandemia”.

  • Temporada de grandes incendios se alargan: El calentamiento global puede alargar un mínimo de 30 días la temporada de grandes incendios en los bosques de todos los continentes en las próximas décadas, según un estudio en el que participaron el profesor de la Universidad española de Lérida (UdL) y el investigador de la unidad mixta de investigación CTGC-Agrotecnio, Víctor Resco de Dios.

Publicado en la revista Nature Communications, la UdL informó de que los investigadores modelizaron los cambios en el riesgo de incendios a nivel global, a partir de los umbrales de la demanda de agua atmosférica medida por el déficit máximo de presión de vapor diario (VPD, en inglés).

El VPD describe la diferencia entre cuánta humedad hay en el aire y cuánta puede contener cuando está saturado, por lo que “cuando la brecha entre el aire húmedo y el seco se hace más grande, aumenta la sed de la atmosfera porque se evapora más agua del combustible, secándolo”.

Esta situación, aseguró Resco, “se convierte en un problema crítico con el aumento de las temperaturas a causa del cambio climático”.

  • Concretamente, el equipo analizó los registros de los últimos 20 años y los datos por satélite tanto de la actividad de los focos como de las condiciones climáticas globales para encontrar la VPD diaria máxima para cada detección de incendios.
  • En este sentido, y por primera vez, señaló que se demostró que “en muchos bosques de todo el mundo hay un fuerte vínculo entre la actividad del fuego y la sed que tiene el aire a escala diaria”.

Por lo que los resultados muestran que los incendios forestales son mucho más probables por encima de un cierto umbral de déficit de presión de vapor, el cual es más alto en los bosques tropicales y subtropicales, seguidos de los mediterráneos.

Paralelamente, los científicos también predijeron un aumento de los impactos sobre la salud humana, ya que “actualmente se estima que más de 330,000 muertes anuales en todo el mundo son atribuibles a la inhalación de humo, una cifra que podría aumentar notablemente a principios del próximo siglo, especialmente en las zonas más pobladas de Asia oriental”.

“Nuestros hallazgos ponen de manifiesto los riesgos que comportan las condiciones de aumento de la demanda de humedad atmosférica. Proporcionamos evidencias tangibles de los impactos locales, regionales y globales de los incendios forestales en los climas futuros que se pueden evitar mitigando el cambio climático antropogénico”, concluyeron.

El estudio ha estado liderado por las universidades de Wollongong, Western Sydney y Melburne (Australia)./Agencias-PUNTOporPUNTO

Recibe nuestro boletín informativo, suscríbete usando el formulario