CDMX, el tercer estado con mayor ESTRÉS HÍDRICO y llegará al DÍA CERO en 2028: ONU

Entre 60% y 70% del agua potable que utiliza la Ciudad de México se extrae del manto freático, el problema es que las zonas de recarga de éste están en el sur, justo donde están creciendo los asentamientos irregulares y cuya urbanización reduce la capacidad de filtrado del agua.

El día cero ocurrirá cuando el suministro libre de agua termine y el acceso al líquido comience a ser racionado, según el Congreso de la Ciudad de México, el cual podría azotar la Ciudad de México en 2028 si no se toman acciones correctivas a la brevedad, advierte la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en este Día Mundial del Agua.

¿Cuánto tiempo podría quedar de agua en México?

Se habla de estrés hídrico cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad. Según los “Rankings de Estrés Hídrico Nacional” del World Resources Institute (WRI), México ocupa el lugar 24 en cuanto a este fenómeno.

Por su parte, la Ciudad de México es el tercer estado con mayor estrés hídrico en todo el país, con el 4.9, es así que de acuerdo con la ONU, la capital podría llegar al día cero de agua en 2028, es decir, en tan sólo cinco años.

En otras entidades de la República Mexicana no se sabe a ciencia cierta cuando podría ocurrir este fenómeno, pero en 2022, José Antonio Ordoñez Díaz, profesor de la Facultad de Biología de la UNAM, señaló que Monterrey ya había alcanzado su “día cero” a partir de la crisis de agua que provocó desabasto en la ciudad.

Cabe destacar que, en el marco del Día Mundial del Agua 2021, se advirtió que Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y Baja California Sur, México, fueron las dos ciudades del mundo que más cerca estuvieron de llegar al “día cero” en dicho año. El Instituto de Recursos Mundiales (WRI) tiene un mapa que muestra el nivel de estrés hídrico de cada país y estado:

  • Baja California Sur 5
  • Guanajuato 4.94
  • Ciudad de México 4.9
  • Aguascalientes 4.81
  • Estado de México 4.76
  • Querétaro 4.71
  • Hidalgo 4.63
  • Chihuahua 4.63
  • Zacatecas 4.63
  • Sonora 4.6
  • Sinaloa 4.47
  • Nuevo León 4.44
  • Morelos 4.33
  • Jalisco 4.22
  • Tamaulipas 4.11
  • Colima 3.74
  • Tlaxcala 3.36
  • Baja California 3.28
  • Michoacán 3.28
  • San Luis Potosí 3.23
  • Coahuila 3.15
  • Puebla 3.05
  • Durango 3.02
  • Nayarit 2.93
  • Yucatán 2.49
  • Quintana Roo 1.95
  • Guerrero 1.82
  • Veracruz 1.65
  • Campeche 1.47
  • Oaxaca 1.22
  • Chiapas 0.84
  • Tabasco 0.08

En otros términos, Baja California Sur, Guanajuato y la Ciudad de México serían las tres entidades con mayor riesgo de llegar al día cero, destacando que los estados con los niveles más altos de estrés hídrico están en el noroeste del país, mientras que el sureste tiene los niveles generales más bajos.

¿Por qué hay una crisis hídrica en México?

Judith Dominguez, coordinadora del Observatorio y profesora investigadora del Colmex, afirmó que “la red de agua ya es muy vieja y se pierde alrededor del 40% del agua en fugas antes de llegar al consumidor”, considerando que a raíz de la pandemia de COVID-19, el consumo de agua subió un 30%.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advierte por un “apocalipsis del agua” y enlista algunas de las principales vías por las que se pierde agua en el país:

  • Consumo personal: El consumo personal de agua para beber, lavarse los dientes, bañarse y utilizar el inodoro, sólo representa 8% del uso anual. “Sin embargo, también existe desperdicio que se puede evitar al cambiar de hábitos”, dice la UNAM con la intención de postergar el llamado día cero.
  • Uso de agua en industrias: La industria utiliza más de 14% del consumo de agua, mientras que la agricultura emplea 70%. La máxima casa de estudios precisa que “el problema de las concesiones que se otorgan a la industria, es que el costo de este líquido no es el que debería tener, sino uno mucho más barato”.
  • Agua pluvial: La cantidad de agua de lluvia que cae en la Ciudad de México es mucho más grande que la de algunas ciudades como Londres; sin embargo, no hay una forma de lograr beneficio, lo que provoca una razón más por la que el día cero luce inminente en 2028.
  • Infraestructura: Al menos 35% del agua de CDMX se pierde en fugas a lo largo de la infraestructura de distribución. Dar mantenimiento a esas tuberías significaría ahorro; esos recursos económicos podrían salir de un costo justo por el consumo de agua, según la UNAM.
  • Huella hídrica: La huella hídrica es el consumo del vital líquido que se requiere para un producto determinado. Por ejemplo, para producir un vaso de cerveza, de aproximadamente 355 mililitros, se gastan 70 litros de agua, para un kilo de carne son 15 mil litros. Esta agua se consume en los insumos necesarios.

“El costo del agua no puede ser el mismo para quienes hacen uso personal, que, por ejemplo, la industria que lucra con ella”, exclama la UNAM, estableciendo que un pago diferenciado en el uso de este recurso podría ayudar al mantenimiento de la infraestructura para consumo humano. Éste podría ser un factor para llegar al día cero.

¿Qué pasa en el resto del mundo?

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, inauguró la conferencia de Naciones Unidas sobre el agua en Nueva York y detalló algunas de las razones más fuertes por las que hay una crisis en el mundo. “Hemos roto el ciclo del agua, destruido ecosistemas y contaminado las aguas subterráneas”, denunció.

“Estamos drenando la sangre vital de la humanidad a través del sobreconsumo vampírico y el uso insostenible y evaporándola a través del calentamiento global”.- Antonio Guterres

“Si no se hace nada, entre 40 y 50% de la población seguirá sin tener acceso a servicios de saneamiento y cerca del 20-25% al agua potable”, señala Richard Connor, Redactor Jefe del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos (WWDR, por sus siglas en inglés).

¿Qué medidas se pueden tomar para retrasar el “día cero”?

En 2021, la diputada María Gabriela Salido Magos propuso que las alcaldías de la Ciudad de México deban destinar de manera anual un porcentaje de los recursos del área administrativa encargada de las cuestiones ambientales para la implementación de sistemas ahorradores de energía y agua, así como el aprovechamiento de materiales, la integración de ecotécnicas y sistemas de captación de agua de lluvia; así como el desarrollo de azoteas y áreas verdes verticales.

El Tecnológico de Monterrey también suscribe algunas medidas que podrían ayudar a evitar la llegada del día cero, cuidando el agua en diferentes niveles:

  • Forestar y reforestar: aseguraremos que las ciudades no se calienten tanto, mantendremos el suelo húmedo y provocaremos más lluvias.
  • Tener vegetación de tu zona: ambos expertos comentaron que muchas veces tenemos plantas que no van con el ecosistema en donde vivimos.
  • Invertir en técnicas de desalinización de agua de mar con energía solar.
  • Reparar arroyos: éstos son arterias vitales para una ciudad, son retenedores de agua.
  • Buscar la manera de que las industrias tengan su propia planta de tratamiento de aguas.
  • Disminuir el consumo de carne.
  • Instalar filtros en casa para disminuir el consumo de agua embotellada.

Finalmente, la UNAM asegura que para evitar el día cero, se deben cambiar los hábitos en el consumo de agua. “Es necesario ser conscientes del gasto de agua que tenemos por consumo personal”, aclarando también la importancia de aplicar políticas públicas que graven el uso del agua de la industria con un precio justo.

En riesgo, abasto de agua por mancha urbana

Entre 60% y 70% del agua potable que utiliza la Ciudad de México se extrae del manto freático, el problema es que las zonas de recarga de éste están en el sur, justo donde están creciendo los asentamientos irregulares y cuya urbanización reduce la capacidad de filtrado del agua.

“El acuífero no se recarga de forma pareja en todos lados, hay superficies amplias de suelo que no es permeable y donde se recarga el acuífero es en el sur, en el Ajusco, Milpa Alta, Tláhuac, incluyendo los Pedregales, parte de Coyoacán y los cerros al sur y al poniente de la Ciudad de México, que son zonas volcánicas mucho más porosas.

“La recarga del acuífero se da en estas periferias del valle que antes no eran urbanas, eran barrancas, pedregales y los suelos volcánicos”, señaló Enrique Lomnitz, director de Isla Urbana.

Están en riesgo los servicios ambientales de los que depende la ciudad, como la producción de agua, la regulación del clima, la captura de carbono y la biodiversidad.

Tema que no se está abordando de manera exhaustiva en el Plan General de Desarrollo (PGD) ni en el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT), de acuerdo con académicos que por estos días analizan estos documentos rectores para las próximas décadas de la ciudad.

  • Lomnitz detalló que “al perder el suelo de recarga por deforestación y urbanización –tomando en cuenta que la urbanización implica impermeabilizar la superficie del suelo– la Ciudad de México ha reducido su capacidad de recarga de agua”. Además, “lo estamos sobreexplotando en un 200 o 300 por ciento”.

El director de Isla Urbana recordó la importancia del Bosque de Agua, que abarca la zona de las Lagunas de Zempoala, la parte alta de Xochimilco y la parte sur de Milpa Alta:

“Antes ese bosque cubría una sola masa forestal continua, cubría más o menos del Nevado de Toluca hasta el Pico de Orizaba, pero hoy es sólo una fracción de lo que fue hace 100 años; está muy deforestado”.

Ese polígono verde constituye una zona de recarga de agua para la Ciudad de México, Toluca, Cuernavaca y parte de Puebla.

“Alrededor de 40 millones de personas dependen de ese bosque para tener agua, entonces el hecho de que no estemos cuidando ese bosque es un poco una locura”, sentenció.

  • En el caso de la Ciudad de México, Lomnitz consideró que lo ideal sería que la autoridad estableciera que el Bosque de Agua “es intocable, porque todos dependemos de él: es un asunto de seguridad nacional y se tendría que definir que lo vamos a conservar realmente, que nadie va a construir aquí; tendría que ser un bosque manejado muy cuidadosamente”.
  • Sin embargo reflexionó acerca de que en México en general ese nivel de protección del suelo de conservación no se ha podido lograr porque “hay una falta de control estatal sobre la urbanización y ha habido sólo un control parcial”.

Además, las decisiones finales “de deforestar o no una zona residen en el nivel municipal o incluso en el ejidal: puedes tener un bosque protegido, pero si los comuneros o ejidatarios deciden parcelar, vender o desarrollar, ellos tienen el poder de tomar esa decisión”.

A pesar de ello planteó que la administración actual de la Ciudad de México “tiene esas cosas muy presentes; (Claudia) Sheinbaum fue alcaldesa de Tlalpan, lo conoce bien y hay varios programas que tienen que ver con esto: el programa de cosecha de lluvia, los programas en la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corena) de pago por servicios ecosistémicos, las estrategias para evitar la deforestación”.

Respecto a qué hacer con los asentamientos irregulares, el director de Isla Urbana comentó que tiene “una perspectiva un poco controversial, y es que si hemos tenido una incapacidad histórica de controlar la urbanización en la periferia, entonces deberíamos desarrollar modelos en los que las personas puedan habitar en los suelos de conservación y al mismo tiempo preservar sus servicios ecológicos.

“Es perfectamente posible que la gente viva en un bosque sano, viviendo en un asentamiento donde la autoridad establezca que la huella de construcción no pueda superar el 25% del lote de tu terreno, donde se maximice la presencia de áreas verdes y arbolado, donde por cada diez metros de construcción debas plantar un árbol, no puedas pavimentar, ni asfaltar o se pavimente lo menos posible, y que todas esas sean condiciones para regularizar esos asentamientos”, expresó.

Lomnitz detalló que el éxito de un modelo así requiere de gran comunicación de las autoridades con los pobladores, para que tengan conciencia de que habitan en una zona de recarga de agua y, por lo tanto, es fundamental cuidarla.

Narró que un modelo que se podría replicar es el de la comunidad de Quiltepec, en la alcaldía Tlalpan.

“Son familias que llevan 30 o 40 años viviendo allí; tienen un 80 por ciento de la superficie de áreas verdes, captan agua de lluvia, tienen árboles nativos. Es un paraíso, una comunidad de origen campesino que tiene mucha sensibilidad hacia lo verde: no quieren cortar árboles. Llevamos diez años trabajando con ellos, a lo largo del tiempo se ha ido construyendo el modelo, es una ecoaldea”, compartió.

Nivel del Sistema Cutzamala disminuye

Malas noticias para la situación de sequía en la Ciudad de México: el nivel de las tres presas del Sistema Cutzamala disminuyó en comparación con la semana pasada, informó el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México.

La agencia de la Comisión Nacional del Agua dijo que, con corte al lunes 27 de marzo, el nivel total de las presas El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria es de 46.4 por ciento, 1.2 por ciento menos de lo registrado la semana anterior.

Este es el porcentaje de almacenamiento de cada una de las presas, así como la cantidad de agua que perdió de una semana a otra:

  • El Bosque: 48.4 por ciento de llenado (1.9 por ciento menos).
  • Villa Victoria: 35.3 por ciento de llenado (2.3 por ciento menos).
  • Valle de Bravo: 50.6 por ciento de llenado (0.9 por ciento menos).

En el comparativo histórico, el organismo expuso que los 353.9 millones de metros cúbicos de agua contenidos en el Sistema Cutzamala está por debajo del acumulado durante 2021 y 2022, años de sequía para nuestro país.

El total de agua en las presas del Cutzamala está a casi 32 millones de metros cúbicos del punto más bajo registrado en julio de 2022, cuando se ubicó en 322 millones de metros cúbicos.

  • ‘Bombardeo’ de nubes inicia: Entre las soluciones para aumentar el nivel de la presas, el Gobierno de México y la Secretaría de la Defensa Nacional organizaron el ‘bombardeo’ de nubes para generar lluvia.

El programa utiliza un avión King Air 350i de la Fuerza Aérea Mexicana que esparcirá un químico que se compone de partículas de yoduro de plata y acetona en los tipos de nubes de lluvia: la cumulonimbus y la nimbostratus.

Estas sustancias queda suspendida en el ambiente y promueve la humedad, formación de gotas y liberación de energía que estimula la precipitación en las nubes.

El ‘bombardeo’ iniciará este martes y se extenderá hasta el próximo 7 de mayo./Agencias-PUNTOporPUNTO

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