Café Pendiente

Hace un tiempo platicábamos algunos colegas sobre la necesidad de recuperar la dignidad y el humanismo como sociedad en medio de tanta tribulación política, económica y social.
La charla se centró en las causas que habían provocado que las personas en México se volvieran toscas, agresivas, intolerantes y sobretodo, desconfiadas.
Uno de ellos, el más callado, atinó a decir antes de despedir la reunión: “sería bueno que la gente se tuviera confianza, se sentiría no solo más segura, sino satisfecha de ayudar, de confiar… no sé, hasta seríamos más generosos, bueno, eso pienso yo”.
Esas palabras de este entrañable amigo tuvieron su peso exacto cuando hace tan solo un par de días pedimos un café en un establecimiento previo a una reunión de trabajo.
Ese día en un café tradicional de la aún de moda colonia Condesa en la Ciudad de México, esperábamos turno para ordenar. En su oportunidad, las dos chicas adelante pidieron tres cafés; dos para ellas y un pendiente.
Al tocarnos el turno, la suspicacia periodística nos obligó a preguntar acerca de aquél pendiente y esto nos dijo el encargado: “ese café que ellas pagaron se queda pendiente para alguien que lo necesite, y no solo puede ser un café, sino una baguette o algo equivalente de lo que ofrecemos”.
Supusimos que era una treta más de alguna organización para sacar jugo de alguna marca o alguna cosa así, pero no, al enterarnos que esta donación se basa en la confianza entre comensal y propietario sin intermediario alguno, tuvimos la sensación de que esta idea innovadora puede tener éxito… ¿para quién?, sencillo, para la gente que realmente lo necesita.
Sinceramente iniciativas como esta nos hacen pensar que México realmente está listo para cambiar y las personas pueden estar dispuestas a confiar su donación en el de a lado, en el vecino, o en esa persona que siempre ven cuando van al trabajo.
México está repleto de gente generosa, pero la degradación social en la que nos hemos enfrascado desde hace años nos ha hecho desconfiados porque realmente no se sabe en muchas ocasiones a dónde va a parar el dinero que otorgamos.
La base de esta nueva forma de ayuda se basa en la confianza entre el empresario y el cliente, y no sólo se trata de dar un café, sino que se puede expandir a tacos, tortas, pizzas, o cualquier cosa que sea comestible y que la gente en situación de calle pueda ingerir.
Existe en México una organización desde hace 11 meses llamada precisamente Café Pendiente, que ha retomado esta idea que nació en Italia en el año 2008 bajo el nombre de “Caffe Sospenso”.
Los establecimientos contactan a esta organización y ellos, de manera gratuita, les mandan el logotipo y el cartel para identificarse. Se puede saber si la cafetería a la que asistes cuenta con Café Pendiente cuando posee los gráficos de una taza en un fondo rosa con un corazón.
Hasta el momento son 550 los establecimientos en todo el país que han otorgado 22 mil cafés al mes y cuentan que la gente que llega a pedirlos son personas de la propia comunidad, desde chavos que limpian parabrisas o vendedores de chicles, pasando por ancianos en situación de calle o hasta nuestros indígenas con todo y sus familias que no encuentran oportunidad en las ciudades.
Entonces nos damos cuenta que no solo se trata de tener nuevamente confianza y practicar la generosidad, sino de rescatar la dignidad, porque a estas personas las invitan a entrar al establecimiento a sentarse como cualquier cliente, a un lugar donde antes los corrían o les hacían el feo.
El café pendiente tiene la fuerza de la inclusión y propietarios de estos establecimientos aceptan el compromiso de atenderlos como clientes porque eso son, ya que tienen pagado su consumo.
El Distrito Federal, Jalisco y Puebla son los estados que más tienen establecimientos de Café Pendiente, pero le siguen Chiapas, Edomex, Michoacán y Baja California. Podemos saber cuáles son ingresando a la página web de la organización www.cafependiente.org.mx.
Por supuesto, ese día que nos enteramos de esta iniciativa tomamos un café y dejamos pagados dos pendientes. Gracias y buen fin de semana.
 
 

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