Operación Jalisco, o más de lo mismo

Dicen por ahí que a grandes males, grandes remedios, pero seguramente este refrán popular no lo conocen en el Gobierno Federal, ya que pretenden dar una aspirina a ese cáncer en el que se han convertido Jalisco y otros estados del país.
El pasado 5 de mayo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció que el comandante del ejército Miguel Gustavo González Cruz, encabezará una “estrategia coordinada e integral” para recuperar la paz en Jalisco.
Este militar de alto rango es un reconocido combatiente de los grupos criminales, y tiene el plus de conocer el modus operandi de estos delincuentes por su destacada labor en Tamaulipas.
La “Operación Jalisco” —que realmente comenzó el 1 de mayo— incluye miembros del ejército y la policía federal, así como personal de la Procuraduría General de la República (PGR) y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).
González se encargará de la coordinación de estas fuerzas y el principal blanco es el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y su líder Nemesio Oseguera Cervantes, «El Mencho».
Ya el cartel ha recibido golpes en el pasado. Uno de los presuntos líderes de este grupo, Abigail González Valencia, “El Cuini”, se encuentra en la cárcel y se planea extraditarlo a los Estados Unidos.
González Valencia, líder precisamente del grupo “Los Cuinis”, aliado del CJNG, fue capturado en Puerto Vallarta el 28 de febrero y se cree que era el principal operador financiero de dicho cartel mexicano.
Esta «Operación Jalisco» es necesaria luego de los ataques del CJNG contra las fuerzas de seguridad, sobre todo el ocurrido el 1 de mayo, cuando miembros de la organización derribaron un helicóptero militar, se enfrentaron en un tiroteo con las fuerzas del orden y realizaron bloqueos en las carreteras incendiando hasta 35 vehículos.
Lo cierto es que es difícil tener confianza en esta contraofensiva anunciada por la administración del presidente Enrique Peña Nieto, y no por las fuerzas federales quienes tienen claro su objetivo, sino por las policías estatales y locales, la mayoría de ellas coludidas con el crimen.
Es doloroso decirlo, pero es real, la “Operación Jalisco” se suma a una lista de intervenciones militares en estados agobiados por la violencia criminal, en las cuales a menudo no existe confianza en la capacidad e integridad de los policías.
Recordemos que los esfuerzos del gobierno de Jalisco para crear una fuerza especial como la llamada “Fuerza Única” –un cuerpo creado en 2014 para combatir al crimen organizado–, tuvo un comienzo difícil.
A semanas de haberse formado, miembros de esta fuerza acusaron a varios de sus superiores de colaborar directamente con el crimen organizado y, entre otras cosas, de ordenar la liberación de varios presuntos miembros del cartel que habían sido capturados.
Como dijimos, la intervención federal con el “Operativo Jalisco” podría funcionar como una medida paliativa porque en la entidad y en todo México hay un largo camino por recorrer hasta que las policías locales no sean reformadas. Lo dicho, una aspirina para el cáncer.
PARA EL REGISTRO Algo muy malo debe estar pasando en el IMSS para que sus vacunas estén arrebatando la vida de bebés en Chiapas. El instituto, a cargo de José Antonio González, va de mal en peor y gracias a las redes sociales se confirma lo que es un secreto a voces: la mala atención, la escasez de insumos para los servicios médicos básicos y la falta de ética profesional. ¿Qué explicación darán ahora? ¿qué le dirán a las familias víctimas de esta grave irregularidad? ¿qué tan mal se puede estar en este país para que la dependencia encargada de salvar vidas las esté quitando? Gracias. Buen inicio de semana.
 
 

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