Salvador GUERRERO CHIPRÉS, líder de Corruptos y Borrachos

*El titular del Consejo Ciudadano lo ha convertido en su mina de oro personal y en agencia privada de investigaciones *Beneficia a manos llenas a su novia, María Elena Esparza y hasta le puso una escuela de Yoga *A pesar de que tiene prohibido por la ley, Guerrero Chipres regaló lujosas botellas de vino y agendas personalizadas a "connotados" comunicadores *Usa su oficina como cantina para emborracharse con importantes políticos y periodistas *Con recursos del Consejo, manda a investigar a periodistas que considera sus enemigos

La sombra del descrédito se cierne sobre el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Esta organización –que ahora forma parte del Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum Pardo- se ha convertido en una auténtica mina de oro para su consejero presidente, Salvador Guerrero Chiprés –quien durante mucho tiempo había tenido una imagen intachable-  y su séquito de colaboradores cercanos, quienes se han distinguido por ser maestros del peculado, fraude, enriquecimiento ilícito, desvío de recursos y su gusto por las bebidas finas que son consumidas «en ocasiones especiales», dentro de la oficina principal.
 Se acabó la imagen «intachable y seria» de Salvador Guerrero Chipres (foto especial)
Por si fuera poco, ese grupo se siente tan poderoso e influyente —incluso Salvador Guerrero –periodista de profesión- se jacta de ser parte del equipo del canciller Marcelo Ebrard y actual «corcholata» de AMLO-  que se pasa por «el arco del triunfo» la Ley General de Responsabilidades Administrativas que forma parte del Sistema Nacional Anticorrupción, que promueve constantemente la Secretaría de la Función Pública (SFP).
El ejemplo más reciente es que a esta columna llegó la información bien documentada que desde en diciembre pasado, el Consejo Ciudadano envió obsequios de navidad y año nuevo a 33 conductores de radio y televisión así como a directores de los distintos diarios capitalinos.
El regalo consistió en una botella de vino tinto de la marca Casa Madero 3V, de 750 mililitros con un valor de 432 pesos, así como una agenda personalizada, color azul, pasta dura, forma francesa, cuyo costo se desconoce.
La lista de comunicadores –a quienes no mencionamos para evitar roces personales- que fueron congraciados con esos obsequios de lujo, está en poder de quien escribe la columna.
En las botellas se gastaron exactamente 14 mil 256 pesos y de acuerdo con las fuentes informativas, presuntamente los del Consejo enviaron al Gobierno de la Ciudad de México, una factura por 800 mil pesos para comprobar gastos y posteriormente les fuera reembolsada dicha cantidad, lo cual hasta el momento no ha ocurrido debido a que tal acción ya resultó sospechosa para Claudia Sheinbaum Pardo.
De acuerdo con la Ley General de Responsabilidades Administrativas que entró en vigor el 19 de julio de 2017, se prohíbe a servidores públicos dar o recibir regalos. Esa obligación está contenida en los artículos 7 Fracción II, 40, 52 Y 66.
Cabe señalar que Guerrero Chiprés actualmente ya es considerado funcionario público adscrito al gobierno capitalino, toda vez que su actual cargo dejó de ser honorífico y ahora percibe un jugoso salario; por lo que al haber regalado botellas de vino y agendas a representantes de los medios periodísticos, incurrió en un delito grave catalogado como corrupción, por el cual la sanción se debe pagar con cese del puesto y cárcel.
Debido a ese último punto, Salvador Guerrero y su camarilla ya son investigados por las autoridades correspondientes para saber a detalle todos los ilícitos que han cometido bajo la asesoría de su asistente personal, Nadia Carolina Rodríguez y el Director Jurídico, Graciano Cruz Soriano, quienes se encargan de solventar «los caprichos», sobre todo de María Elena Esparza Guevara, la pareja sentimental de Guerrero Chipres –como la maestría en Desarrollo Humano que cursó en la Universidad Iberoamericana con recursos del Consejo Ciudadano y cuyas tareas ponía a sus subordinados a que se las hagan-  y procuran no dejar rastro de ello para evitar problemas judiciales.
También Salvador Guerrero abusa de sus trabajadores del área de comunicación social porque los obliga a escribir las columnas que publica en 20 medios periodísticos y sin retribuirles dinero extra por algo que realmente no les corresponde. Y pobres de ellos si no hacen «la chamba» que se le encarga.
Pero la situación ya ha rebasado los límites, al grado de que Salvador Guerrero ya no es tanto de la gracia de Claudia Sheinbaum, —a pesar de que según él le prestó su vivienda  de la colonia Portales para que la usara como casa de campaña en los pasados comicios- quien incluso ha optado por hacerlo poco a poco a un lado, e incluso hubo un periodoen el cual ya no lo invitaba a las reuniones de gabinete presenciales, sino que solo es requerido por la vía virtual y quien también no lo pueden ver «ni en pintura» es el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Omar Hamid García Harfuch y César Iván Escalante Ruiz, actual jefe de la oficina de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del Gobierno Federal y ex vocero de Sheinbaum.
La consigna de ellos es truncar la carrera política de Salvador Guerrero y evitar que más adelante pueda aspirar a cualquier puesto de elección popular, cuando menos en la Ciudad de México. De hecho se la están guardando para este próximo periodo electoral.
Por lo visto, el «nuevo funcionario» tuvo un gran debut y obtendrá una pronta despedida y la extinción de su «minita de oro», mediante la cual recibe anualmente por parte de la SSC y la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, más de 74 millones de pesos; cantidad que por cierto está en entredicho, porque debido a las irregularidades que le han sido descubiertas, lo más probable es que ya no reciba ni un solo peso y si no lo corren, tendrá que aceptar que su cargo vuelva a ser honorífico, sin ningún tipo de retribución. Lo cual quiere decir que dejaría de percibir un salario de 74 mil pesos mensuales.
Por si fuera poco, Guerrero Chipres ha convertido al Consejo Ciudadano en una agencia privada de investigaciones, toda vez que incluso ordenó a sus trabajadores que buscaran «hasta por debajo de las piedras» para reunir todos los datos posibles en contra de Agustín Gutiérrez Canet, ex embajador de México en Irlanda, durante la administración presidencial de Carlos Salinas de Gortari y actual columnista de Milenio Diario.
El contenido de dicha investigación que está dividida en dos partes  –de la que hasta el momento se desconoce su propósito- está en poder de este espacio y en los próximos días será revelado a la opinión pública.
Es el colmo que una organización que se supone tiene un intachable prestigio, dedicada a apoyar a la ciudadanía así como a las instancias de procuración de justicia en la capital del país, se haya involucrado en graves actos de corrupción y abuso laboral que benefician a un grupo pequeño pero perjudican a un gran número de personas de manera injusta y arbitraria.
Esto es lo que sucede precisamente al interior del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, donde se detectaron casos de peculado, enriquecimiento ilícito, desvío de recursos y fraude, con lo que se favorece a dos consorcios que ofrecen diversos servicios entre ellos los de publicidad, mercadotecnia, mantenimiento y hasta de limpieza y que son propiedad del hermano de una funcionaria de dicha organización civil, misma que supuestamente fue creada sin fines de lucro y que está ubicada en la calle de Amberes 54, colonia Juárez, alcaldía Cuauhtémoc.
El Consejo incurrió en esos delitos sin prever que aunque es un órgano ciudadano autónomo, no genera dinero propio, sino que lo obtiene por parte del Gobierno capitalino. es decir, se rige con recursos públicos, provenientes principalmente de la Fiscalía General de Justicia que ascienden a más de 38 millones de pesos anuales.
Las empresas que le brindan los servicios al Consejo Ciudadano tienen como razón social BVS PUBLICIDAD, que opera en Ecatepec, Estado de México, con una sucursal en Monterrey y la otra es SMF MEXICO, ubicada en la calle José Maria Rico 533 colonia Del Valle, alcaldia Benito Juárez, cuyo propietario es Juan Antonio Esparza Guevara, hermano de María Elena, novia, asesora, profesora de yoga de Guerrero Chipres y actual Consejera Honoraria en Género, cargo con el aparece en el directorio de la instancia.
En un principio María Elena no aparecía en el diurectorio ni en la nómina del Consejo por lo que recibía su salario «por fuera» y es la que actualmente dicta las políticas laborales que se deben seguir en ese lugar y además es considerada como «el poder tras el trono».
Fuentes confiables aseguran al autor de esta columna que ella decide a qué proveedores de servicios de limpieza, comida, papelería etc, se contratan y entre ellos por supuesto se encuentran las dos empresas de su hermano Juan Antonio.
También decide a cuáles trabajadores, sin importar el puesto, deben ser despedidos y muchas veces sin darles la liquidación correspondiente. Prácticamente ninguno de los empleados del Consejo Ciudadano tiene empatía con María Elena Esparza Guevara  —ex coeditora de Cultura en el periódico Reforma- y le rehuyen debido a su forma de ser, por lo que se aprovecha para cometer injusticias y corruptelas con la anuencia de Salvador Guerrero Chipres.
La arbitrariedad más reciente es que convenció a su novio y alumno Salvador Guerrero para que los trabajadores del Consejo fueran a laborar los fines de semana para que «compensen» el tiempo que no acudieron a las oficinas cuando se encontraba en su punto más alto, la pandemia provocada por el Covid-19. So pena si no acceden a los «caprichos» disfrazados de órdenes que emite constantemente la flamante y malencarada colaboradora de Guerrero Chipres.
Por si fuera poco, también los obliga a firmar convenios de confidencialidad para que no divulguen nada de lo que ocurra al interior del Consejo. Una verdadera pena el hecho de que suceda esto al interior del único organismo ciudadano del país con facultades sobre las autoridades de seguridad ciudadana y procuración de justicia –en este caso de la Ciudad de México-, lo que supuestamente le permite operar como una organización de consulta, análisis y participación ciudadana en los renglones de seguridad y denuncia de ilícitos.
Ante la mala actuación del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo debería girar instrucciones a la Fiscalía General de Justicia para que inicie una investigación y los responsables de la comisión de dichos delitos reciban un castigo ejemplar.
Tan solo por el delito de peculado ni Salvador Guerrero Chipres ni María Elena Esparza Guevara alcanzarían fianza, tal y como ocurrió pero a nivel federal, en el caso de la ex funcionaria Rosario Robles Berlanga, quien actualmente ya recuperó su liobertad.
La Fiscalía General de Justicia capitalina tendrá que iniciar una serie de investigaciones en contra del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Procuración de Justicia de la Ciudad de México, donde presuntamente se cometen delitos como peculado, enriquecimiento ilícito, desvío de recursos y fraude.
Se ha buscado la postura oficial de Salvador Guerrero Chipres titular de dicha organización, pero no se obtuvo respuesta y la imagen de ese servidor público, por supuesto, queda en entredicho y todo por culpa de su director de prensa, el ex reportero de televisa, Francisco Garduño Contreras.
Con tales acciones se favorece a dos consorcios que le ofrecen diversos servicios entre ellos los de publicidad, mercadotecnia, mantenimiento y hasta de limpieza, que son propiedad de Juan Antonio, hermano de María Elena Esparza Guevara.
Las empresas que le brindan dichos servicios al Consejo Ciudadano tienen como razón social BVS PUBLICIDAD, que opera en Ecatepec, Estado de México, con una sucursal en Monterrey y la otra es SMF MEXICO, ubicada en la calle José Maria Rico 533 colonia Del Valle, alcaldia Benito Juárez. Y María Elena –novia de Guerrero Chipres- no solo beneficia a su consanguíneo, sino también saca provecho al recibir parte del presupuesto que el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo otorga a dicha organización civil mensualmente.
Cabe señalar que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México entregaba cada 30 días 6 millones 333 mil pesos al Consejo Ciudadano, pero ahora le aumentó a 38 mdp con el propósito de realizar diferentes acciones en materia de atención a víctimas.
Un presupuesto similar le otorga también la Secretaría de Seguridad Ciudadana, con lo cual alcanza los 76 millones de pesos.Al recibir este dinero, el Consejo tiene por obligación entregar un informe escrito de los resultados documentales o materiales alcanzados, así como la forma en la que estos se reflejan en beneficio colectivo de los habitantes de la ciudad, lo cual no lleva a cabo porque no le exigen cuentas a pesar de que es dinero proveniente del erario público.
Por esa razón es más fácil para la cabeza de dicha agrupación civil utilizar los recursos públicos en lo que le venga en gana. «Ordeña a la vaca» sin importarle que se quede sin leche. Y de acuerdo con fuentes confiables que se acercaron a este espacio, precisamente bajo ese esquema es como María Elena Esparza puso una escuela de yoga con razón social Harmonia.la y/o Contacto Interactivo S.C, con domicilio en la calle Miguel Lerdo de Tejada número 30, colonia Guadalupe Inn, alcaldía Álvaro Obregón.
Además, comentan los informantes, también puso en funcionamiento un portal que se puede localizar en internet con la dirección www.http://yogaypunto.com obviamente fue diseñado y pagado sus derechos de administración, circulación y seguridad, con dinero del Consejo Ciudadano. Dicha página web durante una temporada fue sacada de circulación para cambiarle el contenido pero no el nombre, esto, con el fin de desviar la atención y desligarla de esta situación.
Nuestras fuentes de información indican que desde hace algunos años, María Elena ha sabido manipular a su antojo a Salvador Guerrero, quien ha cedido a sus propósitos e incluso cuando él fue consejero ciudadano en el InfoDF –hoy InfoCDMX- la logró colocar en él área de corrección de textos en un proyecto denominado Claroscuros de la Transparencia en el D.F. y desde entonces se han vuelto más que inseparables.
A cualquier lugar donde ha llegado a trabajar al lado de su pareja sentimental, Salvador Guerrero Chipres, María Elena utiliza sus habilidades para convertirse en «el poder tras el trono», tal y como actualmente ocurre al interior del Consejo CIudadano de dónde ha sacado demasiado provecho para su beneficio personal a sabiendas de que incurre en delitos graves por usar para ello, recursos públicos.
Además de que se ha ganado a pulso el odio de sus compañeros de trabajo. Incluso tiene el poder de decidir quién se queda y quién debe ser despedido. Todo esto ha provocado que ahora la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México haya comenzado discretamente con las investigaciones correspondientes –a través de la Fiscalía para la Investigación de los Delitos Cometidos por Servidores Públicos- con el objetivo de esclarecer esta situación y sancionar a los responsables.
Es el colmo que una organización que se supone tiene un intachable prestigio, dedicada a apoyar a la ciudadanía así como a las instancias de procuración de justicia en la capital del país, se haya involucrado en graves actos de corrupción.
En los próximos días podrían rodar cabezas en el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Procuración de Justicia de la CDMX. De tensa calma es la situación que se vive al interior de esa instancia, toda vez que incluso por órdenes de Salvador Guerrero se ha comenzado a investigar la identidad de quienes presuntamente «filtraron» la información que escribe este columnista, sin embargo poco o nada van a lograr en ese sentido, aunque ya hay amenazas contra los empleados de que podrían ser despedidos si los encuentran responsables de proporcionar información interna, pues incluso –por indicaciones de María Elena Esparza- hasta los obligan a firmar un documento de confidencialidad para evitar este tipo de situaciones.
A María Elena le encanta la buena vida al igual que a su novio y constantemente se les ve juntos en reuniones muy «blofs» y divirtiéndose plenamente, de lo cual hay evidencias fotográficas –por cierto muy chuscas- que están en poder de este espacio informativo. Ahora bien, lo que debería hacer Salvador Guerrero –como buen periodista- es instruir a su vocero Francisco Garduño Contreras en materia de comunicación social, toda vez que desde que llegó al Consejo Ciudadano no ha dado buenos resultados y por lo tanto es el menos indicado para ocupar ese cargo.
Aparte de su ineficacia y prepotencia, dicho funcionario tiene mala fama en el gremio periodístico, toda vez que cuando fue reportero en televisa se caracterizó por rendirle culto constantemente a Baco, el dios romano del vino y obviamente llegaba en estado inconveniente a cubrir las sesiones que se efectuaban en el Congreso.
Y eso le orilló a sentirse «superior a cualquiera» –como dice aquella canción del inolvidable José Alfredo Jiménez – y comenzó a extorsionar a legisladores, quienes cansados de esa situación, le pusieron «un cuatro», lo acusaron con sus jefes inmediatos de la televisora ubicada sobre avenida Chapultepec # 18 y por supuesto eso le costó la chamba así como reintegrarse al gremio.
Si ahora con esta situación la imagen del Consejo Ciudadano y la de su titular ya quedó en entredicho, con más razón estará súper desprestigiada por el tipo de vocero que tiene actualmente, aparte de que no sabe cómo cabildear ante situaciones embarazosas, con los medios periodísticos.
En este espacio estamos abiertos a escuchar todas las voces; así que señores ustedes tienen su derecho de réplica. Y desde aquí también los invitamos a que se bajen de su pedestal y hagan honor a la institución ciudadana que representan; Don Salvador y Francisco, aléjense más de los reflectores flashes, micrófonos y grabadoras para que atiendan a la ciudadanía cómo se merece.
Cabe preguntar, qué pasará cuando Claudia Sheinbaum se entere de toda esta situación?, porque ella dijo que cualquier funcionario o servidor público –sin importar el nivel que tenga- que esté metido en actos de corrupción, de inmediato será removido del cargo para que fuese investigado por las autoridades de justicia y sancionado conforme a la ley en caso de ser necesario,
APUNTES FIDEDIGNOS
Tal y como se ha comentado en este espacio periodístico, el Consejo Ciudadano se ha convertido en un nido de corrupción y desvío de recursos provenientes del erario público – en este caso de instancias gubernamentales como la SSC y la FGJ- mismos que utilizan también para rentar inmuebles, en este caso una bodega en la calle Tintoretto, colonia Santa María Nonoalco, alcaldía Benito Juárez, lo cual se ha mantenido prácticamente en secreto, así como el tipo de objetos que ahí se guardan.
Es más, también las instalaciones del Consejo Ciudadano son utilizadas como cantina, toda vez que en su amplia oficina, Salvador Guerrero Chiprés se reúne con sus colaboradores más cercanos, así como con «connotados políticos y periodistas» para emborracharse con bebidas finas que ahí tiene guardadas.¡Hasta no verte Jesús mío!.
Y precisamente en una de esas borracheras, el vocero del Consejo Ciudadano, Francisco Garduño Contreras, se puso «hasta las manitas» y como es diabético descontrolado, al otro día cuando estaba trabajando en su oficina se puso muy mal de salud, al grado de que se desmayó y uno de los choferes de dicha organización lo tuvo que llevar a su casa inmediatamente, ni siquiera a un hospital a pesar de que el hombre estaba muy descompensado y en riesgo de morir.
Garduño Contreras llegó a ocupar la dirección de prensa del Consejo porque es amigo de Juan Antonio Esparza, amigo de María Elena –la novia de Salvador Guerrero- y a pesar de que le tendieron la mano para ocupar el cargo, siempre vocifera a escondidas de su jefe inmediato y ante sus subordinados de «más confianza que ya lo tienen «hasta la madre» y que solamente soporta a Guerrero Chiprés y María Elena así como a otros colaboradores cercanos, porque necesita «la chamba» y debe pagar las colegiaturas de su hija, quien cursa la carrera de Arquitectura en la Universidad Iberoamericana.
Tal y como se ha mencionado en líneas arriba, Garduño demuestra constantemente su gran afición al alcohol y en una ocasión, se fue de parranda y terminó en un bar de mala muerte ubicado en el Estado de México, donde se metió en problemas y en medio de su trastorno, al ver que no tenía escapatoria, alrededor de las 03:00 de la madrugada de inmediato llamó a Guerrero Chiprés para que lo ayudara y le enviara una patrulla, toda vez que «era amenazado por un narco y lo quería secuestrar».
De acuerdo a los informes proporcionados a este «reporterillo» –tal y como calificó al autor de esta columna- el «Lord Borrachales» o «El Azucarado» –así lo llaman ahora sus compañeros de trabajo- al día siguiente de ese penoso suceso, fue víctima de constante bullying pero a sus espaldas, porque «no lo quieren matar de un coraje», no sea que se le vaya a subir el azúcar.
Otra cosa de la que está molesto Francisco Garduño es que cuando este columnista publicó por primera vez las corruptelas del Consejo, fue que María Elena Esparza le impuso —para que fungiera como su mano derecha-  a su amigo el ex editor del diario Reforma, Pedro Terán y se encargara de parar los ataques periodísticos y lo hizo a través de una nota pagada y publicada el pasado 10 de agosto 2020 en las páginas del diario Excélsior.
En la publicación, Guerrero Chipres declaró que «estaba orgulloso de vivir de su trabajo». Ni hablar, quien le manda a Garduño Contreras ser tan ineficaz como vocero, creo que sería mejor que su jefe manejara solito su imagen, para que no lo siga perjudicando…¡¡¡¡SEGUIREMOS INFORMANDO!!!!
Dudas, comentarios, aclaraciones y amenazas:

Recibe nuestro boletín informativo, suscríbete usando el formulario