movilizado a tantas personas en el estado que el PAN gobierna desde 1989, los albores de la transición. Lo dice el propio tabasqueño, sorprendido por los alcances de su campaña, no vistos en 2006 ni en 2012.

  • Los organizadores hablan de cuatro mil asistentes al mitin de Celaya, un policía municipal calcula menos de dos mil, pero la cifra no importa al candidato, aun cuando no cautivó su llamado.

Revisa en su archivo mental y diagnostica:

  • «Nunca habíamos reunido tanta gente en Guanajuato». Lo dice asintiendo con la cabeza, apuntando el dedo índice hacia el público, sonriendo, sentenciando: «También en Guanajuato, vamos a ganar».
  • Con esa certeza, el candidato presidencial de Morena se divierte, menciona a Vicente Fox, y hace una pausa suficientemente larga para que fluyan silbidos, abucheos, mentadas de madre.
  • Él sólo lo llama «matraquero del PRI», y deja que «el pueblo» se lo acabe en insultos. Reitera que le va a quitar la pensión, a él y a todos los ex presidentes, y pregunta al respetable: «levante la mano el que quiera que le quitemos la pensión», y la moreniza responde eufórica.

En territorio del blanquiazul, se lanza contra los gobiernos panistas, a los que acusa de haber ofrecido un cambio y haber traicionado.

  • «Aquí dijeron que iba a haber un cambio, y vean: es lo mismo. ¿Cuántos años lleva el PAN aquí, y en qué ha mejorado el pueblo de Guanajuato?», cuestiona, «al contrario, hay pobreza, marginación, inseguridad, violencia y más corrupción, porque salieron buenos para robar. Puro gobernador mediocre y ladrón ha habido aquí en Guanajuato».

‘Bien y de buenas’

A 45 días de las elecciones, y a sólo cuatro del segundo debate presidencial, López Obrador presume estar en excelente forma.

  • Con 64 años a cuestas, niega achaques, enfermedades o temores. «Hasta me divierte lo que andan haciendo nuestros adversarios; están muy desesperados».
  • Menciona, como evidencia de esa desesperación, Anaya ha decidido copiarle su crítica al gasolinazo, y Meade también comience a hablar de propuestas que él ideó, como la de aumentar la pensión a adultos mayores.

«Fíjense: ahora anda diciendo Anaya que va a bajar la gasolina. Y Meade, hoy dijo que va a aumentar la pensión para los adultos. Están apurados, ¿verdad? ¡Están desesperados! Piensan que el pueblo es tonto, pero no, tonto es el que piensa que el pueblo es tonto», abunda./ CON INFORMACIÓN DE REFORMA

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