Opinión. CARLOS RAMOS PADILLA
La cloaca está abierta. En los últimos días hemos visto como los políticos no debaten sobre el bien del país, sino por el contrario toman las tribunas públicas para desnudarse, atacarse, vengarse. No fue suficiente con el ricino de Yunes Márquez justificando su voto a favor de la Reforma Judicial llevando al paredón a Marko Cortes y este en su réplica haciendo lo mismo. Una serie de señalamientos absurdos que suman más daño al ya de por sí herido país.
Ahora el triplete de descalificaciones entre García Luna, Ernesto Zedillo y AMLO (en ese orden). Los tres rompiendo ese extraño pacto de confidencialidad, de silencio, que guarda esas negras negociaciones detrás de la República. En este último caso, rayando en acusaciones de índole criminal que por supuesto es su momento, de ser ciertas, nunca fueron ni denunciadas ni sancionadas.
García Lunas, como sea, puede ser el sujeto mejor informado sobre la participación del crimen organizado en México, a eso AMLO le llama espiar. Ernesto Zedillo, como sea, presenta mejores planteamientos intelectuales e información que el presidente de México. Zedillo vive y se codea con los personajes más influyentes de la economía mundial, AMLO se esconde en descalificaciones sintiéndose menor a la gente preparada y que se expresa en otros idiomas.
Estos personajes, los políticos, se han encargado de llevarnos a la más lamentable crisis de gobierno, de equilibrio, de seguridad nunca antes registrada. Entre difamaciones que luego se convierten en verdades, nadan intentando sobrevivir, unos a no ser aprehendidos, otros a tratar de colocarse como redentores. Son una vergüenza. Nuestro destino y proyecto ha estado descansando en oportunistas que se elevan a razón del crecimiento de la ignorancia y hambre del pueblo y aún así se sienten “satisfechos” de haber “gobernado” (?).
Para nadie es secreto que esta administración, la fe AMLO se ha manejado con perversidad, resentimiento, venganza y amargura. Un mandatario que ha usado la tribuna y recursos públicos para ofender a los mexicanos inconvenientes para él. Y ahora nos embarran en cara que todos ellos están involucrados en la más ruin conducta que es alimentar a los criminales y estos a su vez someter a la ciudadanía con extorsiones y crímenes. Por ello se pretenden dar el cerrojazo acabando con el Estado de Derecho y lomas grave, dejando la decisión en un puñado de traidores e ignorantes legisladores que se mueven por
ambiciones personales de barriada. Sus intereses colocaciones y declaraciones públicas rayan en una ofensa monumental.
Entre ellos comercian con el poder y la necesidad de millones de personas. Si México se debilita en lo interno y en lo externo es debido a su propósito no de administrar con orden los recursos de la nación, sino de imponer sus desastrosas ocurrencias subiéndose a pedestales que no merecen.
AMLO, dejando un tiradero de cadáveres, está ocupado en invitar a la prensa el último día de su gestión a develar un óleo con su imagen en el pasillo de los presidentes en Palacio. Así es su arrogancia. Pero no le importa, ha hecho y se le ha permitido hacer lo que se gana le ha impuesto. Queda como el peor administrador público en la historia, es suficiente con ver los registros y la conducta de sus cercanos, de sus operadores.
A menos de 15 días de cerrar su gobierno se está desatando la más lamentable guerra de acusaciones y mire que la k formación desde Estados Unidos apenas inicia. De miedo escuchar en altos mandos militares que no están en sus manos la seguridad y resguardado nacional, que todo depende del buen comportamiento de los asesinos. Así de hundidos en el fango estamos. Ese es nuestro retrato.