Niños migrantes, una crisis persistente

Antonio Betancourt
Un tema de política exterior que está lejos de resolverse en nuestro país es la migración de menores no acompañados que buscan una mejor vida en los Estados Unidos.
Entre octubre y febrero de este año ha aumentado el número de deportaciones que realiza México de estos niños, pero esto no significa de ninguna manera que se esté reduciendo este movimiento demográfico.
En días recientes se dio a conocer un estudio del Pew Research Center en Estados Unidos que refiere estos cambios, y que ambos países han utilizado para vender la idea de que se ha avanzado en la problemática.
Nada más alejado de la realidad. Estas cifras alegres solo refieren detenciones y deportaciones, y no algún cambio en el flujo migratorio que continúa imparable debido al nulo control que tienen las autoridades migratorias en la frontera sur del país.
Estas detenciones, obviamente, han contribuido a una caída significativa en las cifras de infantes detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México.
Según estos datos, el gobierno de Enrique Peña Nieto ha deportado a 3 mil 819 niños a sus lugares de origen en los meses antes mencionados, lo que representa un aumento del 56% respecto al año anterior.
En tanto, en ese mismo periodo, los funcionarios estadounidenses detuvieron a 12 mil 509 niños no acompañados en la frontera, frente a 21 mil 403 un año antes. De ellos, 7 mil 771 provienen de El Salvador, Guatemala y Honduras, y los demás de México. Según datos migratorios de Estados Unidos, en el verano del 2014 cruzaron 68 mil menores centroamericanos a su territorio.
Lo cierto, es que los niños no pararán de llegar debido a la falta de políticas migratorias reales en ambos lados de la frontera y en sus países de origen; según estimaciones del Migration Policy Institute (Instituto de Política Migratoria), unos 39 mil menores no acompañados serán arrestados en la peligrosa frontera México-EU durante el 2015.
Lo que preocupa a analistas sobre este fenómeno es que los menores se aventuran a migrar de sus países por la situación económica y por la violencia, cuando en los últimos años el trayecto por México ha resultado ser más peligroso que nunca.
En sus lugares de origen —incluyendo México— poco o nada se ha hecho por mejorar la situación económica y de seguridad y solo se piensa en paliativos temporales que no impiden esta migración.
Hace unos días, el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Sergio Alcocer, anunció un protocolo de atención consular en coordinación con la UNICEF ante —según sus palabras— el aumento en la migración de niños y adolescentes centroamericanos no acompañados.
Sin dar mayor detalle de dicho protocolo, el funcionario aceptó que este problema está lejos de solucionarse en el mediano y largo plazo, y que esta herramienta servirá solo para ofrecer una mejor atención a los migrantes, tomando como prioridad el mayor bienestar del menor.
Entendámoslo, la crisis humanitaria que se vive en ambas fronteras del país es un escenario que ha permanecido grave más de una década y que persistirá si no se crean políticas reales que centren a la prevención, y no la persecución, como su principal objetivo.
PARA EL REGISTRO Lo que es querer tapar el sol con un dedo. En un comunicado del pasado primero de mayo, la Secretaría de la Defensa Nacional minimiza el derribo de su helicóptero por parte de miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, y solo menciona que averías por disparos obligaron a su aterrizaje. Pues bien, fotografías dadas a conocer la víspera muestran a una aeronave totalmente calcinada además de que ya se reconoce abiertamente que fue derribado con un arma de alto poder, versión que la dependencia no mencionó en un principio. La estrategia gubernamental de censura a todo lo que da. Nos creen una sociedad ignorante y pequeña. Lamentable. Gracias. Hasta mañana.
 
 
Twitter: @betata75

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